Compartimos nuestras inquietudes y aportaciones, posterior a una lectura y análisis del artículo «Evaluación y manejo de emergencias en el paciente con cirrosis». La encefalopatía hepática (EH) constituye una de las principales complicaciones de la cirrosis, la cual consiste en una disfunción cerebral consecuente a la insuficiencia hepática. Esta va a generar alteraciones a nivel subclínico pudiendo llegar a ocasionar un coma; por ello, se considera una urgencia médica y se debe tratar de forma inmediata1.
En la primera línea de tratamiento se encuentran los disacáridos no absorbibles, tales como la lactulosa y el lactitol. El artículo no refiere con exactitud en qué circunstancia utilizar estos medicamentos. La administración de estos dependerá del grado de EH en el que se encuentre el paciente. En caso de que se presente una EH de grado I y potencial grado II, está indicada la administración por vía oral; mientras que en los grados II, III y IV se puede llevar a cabo por medio de una sonda nasogástrica o a través de un enema, si el paciente no se encuentra en las condiciones para recibirlo por vía oral2.
Los antibióticos no absorbibles son de gran utilidad como alternativa a los disacáridos no absorbibles. Dentro de ellos están la neomicina, el metronidazol y la rifaximina, siendo esta última la más importante, debido a su actual aprobación por la Administración de Alimentos y Medicamentos; sin embargo, aún es de gran relevancia demostrar su eficacia como terapia adjunta. Adicionalmente, se refuerza la información del artículo con el estudio de Sharma et al., en el cual llevaron a cabo un ensayo aleatorizado, doble ciego, en el que 120 pacientes que presentaban EH recibieron solo lactulosa o lactulosa más rifaximina (1200mg/día). Obteniendo como resultado que aquellos pacientes que recibieron el tratamiento combinado manifestaron una mayor resolución. En comparación de los pacientes que solo recibieron lactulosa; asimismo, mostraron una reducción estadísticamente significativa (5.8 + 3.4 vs. 8.2 + 4.6 días, p 1/4 0.001) en la duración de la estancia hospitalaria3.
En pacientes que no responden al tratamiento convencional, se puede adicionar L-ornitina-L-aspartato (LOLA) vía intravenosa. En un ensayo aleatorizado doble ciego se demostró una mayor tasa de mejoría en el grado de EH (92.5% frente a 66%, p < 0.001), menor tiempo de recuperación (2.70±0.46 frente a 3.00±0.87 días, p = 0.03) y menor mortalidad (16.4% frente a 41.8%, p = 0.001) al comparar los pacientes que recibieron la combinación de LOLA, lactulosa y rifaximina; con los que recibieron placebo, lactulosa y rifaximina4.
De forma complementaria, se sugiere incluir la administración de los disacáridos no absorbibles de acuerdo a la clasificación de la EH que presente el paciente, para un mejor abordaje. Asimismo, se considera oportuna la búsqueda y/o elaboración de ensayos clínicos que valoren la eficacia de los diferentes tratamientos combinados para la EH, favoreciendo a la recuperación rápida del paciente y a la disminución de la tasa de mortalidad.
FinanciaciónNo se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.