Los quistes esplénicos constituyen una entidad inusual en la práctica clínica y quirúrgica diaria, con menos de 1,000 casos presentados en la literatura. La mayoría de los pacientes permanecen asintomáticos y el diagnóstico habitual se basa en técnicas de imagen. La indicación y el tratamiento quirúrgico se presentan como un desafío para los cirujanos. Presentamos el caso de una paciente con un quiste esplénico primario como causa infrecuente de dispepsia.
Mujer de 21 años, sin antecedentes de interés, con cuadro clínico de saciedad precoz, pesadez posprandial, dolor en epigastrio-hipocondrio izquierdo con la ingesta y pérdida de 3kg de peso. En la exploración física presentaba dolor a la palpación profunda en hemiabdomen izquierdo. La ecografía abdominal mostró una lesión esplénica de 7cm, isoecogénica con escaso refuerzo acústico y contornos bien definidos. El hemograma y la bioquímica no mostraban alteraciones, la hemaglutinación-hidatidosis fue negativa y los marcadores Ca 19.9 y antígeno carcinoembrionario (CEA), normales. Se completó el estudio mediante TC, que mostró lesión ovalada de contornos bien definidos en el bazo, con diámetros de 80×72×68mm, sin realces internos ni polos sólidos, que desplazaba el estómago, sin signos sugestivos de malignidad. Con sospecha de quiste esplénico primario, se realizó fenestración laparoscópica sin complicaciones. La citología intraoperatoria mostró una diátesis serosa acelular y la histología un revestimiento epitelial aplanado simple, positivo para panqueratina (AE1-AE3) y calretinina, negativo para CEA y Ca 19.9 (fig. 1. A-D).
A) Ecografía abdominal prequirúrgica: lesión esplénica de 7cm de diámetro con escaso refuerzo acústico y contornos bien definidos. B) Tomografía computarizada prequirúrgica: lesión ovalada bien definida, compatible con quiste esplénico (asterisco). Nótese el desplazamiento del estómago. C) Imagen intraoperatoria laparoscópica. Quiste esplénico (asterisco) que comprime el estómago antes de la fenestración. D) Imagen intraoperatoria laparoscópica. Parénquima esplénico remanente tras la fenestración.
La paciente presentó mejoría sintomática y un aumento de 6kg de peso, que ha mantenido a lo largo de la evolución. La ecografía a los 6 meses de la intervención y la TC al año mostraban pequeño remanente quístico y cambios posquirúrgicos que no afectaban a estructuras vecinas. No hubo incremento de tamaño del remanente en el periodo comprendido entre las 2pruebas de imagen (fig. 2 A y B).
A) Ecografía abdominal posquirúrgica: en región interpolar del bazo, lesión de 32mm de diámetro bien definida, anecoica, polilobulada y con tabiques internos ecogénicos, compatible con remanente quístico. B) Tomografía computarizada: alteración del contorno esplénico con lesión hipodensa uniforme de 22×23mm, compatible con remanente quístico posquirúrgico.
Los quistes esplénicos son una entidad rara. En zonas endémicas, como los países mediterráneos1, predominan los parasitarios por Echinococcus granulosus. Los no infecciosos incluyen, por un lado, los primarios, caracterizados por presentar recubrimiento epitelial y, por otro lado, los secundarios (pseudoquistes), más frecuentes y generalmente de origen postraumático.
La incidencia de los quistes primarios es solo del 0.07%2. Predominan en mujeres jóvenes y habitualmente son un hallazgo incidental, si bien pueden provocar clínica por compresión de órganos adyacentes, como en nuestro caso, por compresión gástrica.
De etiopatogenia desconocida, su recubrimiento epitelial puede ser de varios tipos: destaca la positividad para CEA y Ca 19.9 en el caso de los quistes epiteliales y la panqueratina (AE1-AE3) y calretinina en los mesoteliales3.
El dilema es cuándo y cómo tratar. Se acepta tratar los quistes sintomáticos y aquellos>5cm por riesgo de complicaciones como rotura, hemorragia e infección.
El tratamiento percutáneo (aspiración y etanolización) presenta alta tasa de recurrencia y complicaciones4 y se reserva para pacientes inoperables. Las técnicas quirúrgicas comprenden la esplenectomía total o parcial, la decapsulación (extirpación completa de la membrana) y la fenestración (resección que pone en contacto la cavidad del quiste y el peritoneo)5, todas realizables por laparoscopia. La tendencia actual es hacia técnicas preservadoras del bazo para evitar la inmunosupresión y la trombocitosis.
FinanciaciónNo se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo/estudio.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.