Previo al estudio de Nelissen et al.1 relatado en este número de la Revista de Gastroenterología de México, en 483 adolescentes argentinos entre los 12 y 18 años de edad de una ciudad capital del cono sur de Suramérica, cuya prevalencia para presentar algún trastorno gastrointestinal funcional (TGIF) según los Criterios de Roma III es del 17.0%; el Functional International Digestive Epidemiological Research Survey Group (FINDERS) de la Sociedad Latinoamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SLAGHNP), ha descrito dicha prevalencia en escolares y adolescentes de diversas regiones latinoamericanas como en el norte (México)2, en el centro (Panamá, El Salvador y Nicaragua)3–5 y en el cono norte del sur (Colombia y Ecuador)6–8 de Latinoamérica, entre un 13.4-29.0%9; lo que demuestra la variabilidad de estas prevalencias, dependientes de la región desde donde se realicen los estudios; y la necesidad a que se continúen haciendo estudios nacionales sobre TGIF, que aporten datos locales sobre la epidemiología y patogénesis de cada área, que permitan proveer cuidados de atención médica y planear estrategias de salud pública locales.

Nelissen et al.1 describen como principales causas de estos TGIF, de mayor a menor frecuencia, la migraña abdominal, el síndrome de intestino irritable, el estreñimiento funcional y la aerofagia; datos algo diferentes al compararlos con lo reportado en otros países latinoamericanos, cuyas principales causas en orden de frecuencia son el estreñimiento funcional, el síndrome de intestino irritable, el dolor abdominal funcional y en menor proporción, el grupo del vómito y la aerofagia2–8; lo que es acorde con la posible explicación en la variación de estas resultados, que involucra conceptos genéticos, nutricionales, ambientales, psicosociales, culturales, socioeconómicos e infecciosos, entre otros, muy propios de cada región.

Entre las posibles asociaciones en este grupo de adolescentes argentinos para presentar algún TGIF encontradas por Nelissen et al.1, están el sexo femenino y el asistir a un colegio privado; datos consistentes en cuanto al sexo, a lo reportado por Saps et al., en dos estudios colombianos6,7; y con relación al tipo de institución educativa, a lo descrito por Zablah et al. en El Salvador4. Otras posibles asociaciones informadas en niños latinoamericanos son la edad, poseer padres separados/divorciados y la presencia de náuseas5,7. Estos resultados están en línea con el modelo bio-psico-social de los TGIF, que propone que los factores sociodemográficos y psicológicos, juegan un papel dentro de la patogénesis de estos TGIF.

Con estos resultados, se identifica que no solo el hablar el mismo idioma español y el ser hispanos, es suficiente para avanzar nuestro conocimiento y entender sobre la influencia de los diversos factores involucrados en la fisiopatología y patogénesis de los TGIF.

Finalmente, con el advenimiento a partir de mayo de 2016, de los nuevos criterios de Roma IV10, las publicaciones en cuanto a prevalencia y principales causas de TGIF en escolares y adolescentes de los EE.UU.11 y Colombia12, empiezan a ser controversiales, por lo que se hacen necesarios más estudios a futuro para un mejor entendimiento del porqué de estas posibles diferencias regionales y abogar así por la multiculturalidad e investigación multinacional para definir mejor la epidemiología, los síntomas, la comorbilidad y la calidad de vida relacionada con la salud en niños con TGIF.