El carcinoma colorrectal (CCR) es la tercera neoplasia maligna más común en el mundo y representa la segunda causa de muerte por cáncer tanto en hombres como en mujeres1,2. Las causas del CCR son complejas y variadas. Se ha estimado que los factores genéticos contribuyen en un 10% a 20% para el desarrollo del CRC3,4, y los factores ambientales pueden tener un papel significativo en la patogénesis del CRC esporádico. Una dieta alta en carne roja y grasa y baja en fibra, el tabaquismo, el consumo intenso de alcohol y la vida sedentaria aumentan el riesgo de CCR5. Recientemente la microbiota intestinal ha sido reconocida como un factor determinante para el desarrollo del CRC. Con el advenimiento de las técnicas moleculares para el análisis de la microbiota se ha confirmado que los pacientes con CRC tienen disbiosis intestinal, caracterizada por un incremento en las bacterias asociadas al cáncer como la Escherichia coli genotóxica, el Bacteroides fragilis enterotoxigénico, el Fusobacterium nucleatum y otros agentes5–7. F. nucleatum es un anaerobio gramnegativo fusiforme que principalmente coloniza la cavidad oral, en donde se comporta como un simbionte esencial para el microambiente de la cavidad oral8. Múltiples estudios en muestras fecales y biopsias, en los cuales se analizó la composición de la microbiota intestinal con técnicas moleculares independientes de cultivo, han mostrado en series de casos de Asia, Europa, Norteamérica y Sudamérica la abundancia de F. nucleatum en pacientes con adenomas, carcinomas y en muestras de mucosa colónica adyacente a estas lesiones y también en metástasis ganglionares y hepáticas de CCR9,10.
En este número de la Revista de Gastroenterología de México, Cuellar-Gómez et al.11 presentan un estudio en 30 pacientes mexicanos con CCR, en el cual determinaron la presencia de F. nucleatum en tejido tumoral, peritumoral y en la mucosa colónica normal, usando qPCR. Los autores demostraron que F. nucleatum fue más abundante en el tejido tumoral y peritumoral que en la mucosa colónica normal, independientemente de la localización del CCR, ya sea en el colon derecho o en el izquierdo. Este es el primer estudio que muestra la asociación de F. nucleatum con CCR en pacientes mexicanos.
F. nucleatum rara vez se localiza en un intestino sano y diversos investigadores han propuesto 2 rutas para explicar la traslocación de este microorganismo de la boca al colon9,12. La primera es por vía hematógena, ya que en animales de experimentación se ha demostrado que la inyección intravenosa de la bacteria en una vena periférica puede favorecer la colonización de tumores en modelos murinos de CCR. La otra ruta es la ingestión de la bacteria y su traslocación a través del tubo digestivo hasta el colon, mecanismo que también se ha demostrado en modelos murinos. Además, en un CCR, F. nucleatum puede invadir las células cancerosas y llegar a los ganglios y al hígado a través de la circulación portal y linfática.
Por otro lado, los mecanismos por los cuales F. nucleatum induce carcinogénesis aún no están bien definidos; sin embargo, existen evidencias de que este microorganismo participa en los mecanismos de inflamación, regulación inmune, producción de genotoxinas y metabolitos nocivos al epitelio intestinal. También se ha sugerido que F. nucleatum favorece la resistencia a los agentes quimioterápicos. F. nucleatum promueve la expresión de varios genes inflamatorios como el factor nuclear kappa B y citocinas como IL-6, IL-8, IL-10 e IL-18 y factor de necrosis tumoral alfa. Este fenómeno favorece un microambiente proinflamatorio que acelera la progresión del CCR9,13. En el trabajo de Cuellar-Gómez se investigó la posible asociación de F. nucleatum con la producción de IL-17, IL-10 e IL-23. Se encontró que los niveles IL-23 fueron menores en el tejido tumoral que en la mucosa colónica normal. Sin embargo, no hubo correlación entre la abundancia de F. nucleatum y los niveles de interleucinas en las diferentes muestras de tejido11. Este hallazgo contrasta con los resultados obtenidos en otras investigaciones, lo cual sugiere que aún está por definirse el rol que tiene F. nucleatum en la producción de citocinas, inflamación y tumorogénesis.
De manera interesante se ha investigado la posibilidad de que los niveles de F. nucleatum en el tejido tumoral o en muestras fecales se usen como posibles biomarcadores en el diagnóstico, pronóstico y tratamiento del CCR. Diversos estudios han mostrado que la presencia de F. nucleatum en muestras fecales es significativamente mayor en pacientes con lesiones premalignas que en sujetos normales, y también es mayor en pacientes con CCR que en pacientes con lesiones premalignas. De la misma manera, los anticuerpos séricos generados por proteínas de F. nucleatum han sido propuestos como prueba de detección oportuna de CCR. En un metaanálisis reciente los niveles de F. nucleatum se han asociado a una pobre sobrevida de los pacientes con CCR, y la abundancia de F. nucleatum parece ser un factor de resistencia a agentes quimioterápicos como el 5-fluorouracilo u oxaliplatino. No obstante, estos estudios requieren de mayor investigación9,13.
En resumen, existen evidencias bastante consistentes de la asociación entre F. nucleatum y el CCR, sin embargo aún se requiere de mayor investigación para definir si F. nucleatum es un carcinógeno de primera categoría, es decir, que es la causa del CCR. Además, futuros estudios podrán aclarar si F. nucleatum o sus productos pueden ser usados como biomarcadores de las diferentes etapas del CCR.
FinanciaciónEl autor no recibió ninguna financiación para llevar a cabo este artículo.
Conflicto de interesesEl autor declara no tener conflicto de intereses.
Véase contenido relacionado en DOI: 10.1016/j.rgmx.2020.12.002, Cuellar-Gómez H, et al. Asociación entre infección por Fusobacterium nucleatum y cáncer colorrectal: un estudio mexicano. Rev Gastroenterol Mex.2022;87:277–284.