Alguna vez leí que "una cadena es tan fuerte como lo sea el más débil de sus eslabones". Luego de meditarla comprendí que esta sencilla frase encierra toda la filosofía del trabajo en equipo, del verdadero espíritu que mueve a los grupos de triunfadores en cualquier ámbito de la vida. De esas mujeres y esos hombres que no sólo se preocupan, sino se ocupan de distintas tareas para que sus compañeros sean tan buenos como ellos, en todos los ámbitos posibles de la realización humana.
Hoy, me toca dirigir los destinos de esta gran familia que se llama Asociación Mexicana de Gastroenterología, un cargo que ustedes amablemente me han prestado por un año y del cual me siento profundamente honrado al tener una nueva oportunidad para poder servirlos; un honor que no olvida la responsabilidad de la importante tarea que eso significa. Es la AMG una institución sólida, de rancio abolengo, de alto compromiso académico y de calidad moral y humana a toda prueba. Es por la valía de sus integrantes, por cada uno de los fuertes eslabones que forman esta simbólica cadena, que nuestra amada asociación ha cumplido felizmente 75 años de vida. Enhorabuena para todos.
Sin embargo, mal haríamos en dormir el sueño de los justos y no estar atentos a los signos de los tiempos que nos toca vivir. Los retos son muchos y muy grandes. Nos encontramos inmersos en una crisis económica que parece no terminar, una crisis de seguridad que se ha convertido en un verdadero estado de guerra en nuestras calles, una crisis de valores personales y familiares que ha desarticulado por completo a nuestra sociedad. A pesar de esta realidad no debemos, por ningún motivo, permitir que estas calamidades se hagan parte de nosotros y gobiernen nuestros pensamientos y nuestro ánimo. Albert Einstein, un verdadero paradigma del pensamiento humano, alguna vez escribió: "No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis siempre trae progresos... Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado... El problema de las personas y de los países es la pereza para encontrar salidas y soluciones... Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia". Considero que es nuestro deber poner lo mejor de nosotros mismos al servicio de los demás.
En este contexto, respetuosamente quiero invitarlos a que este año aprovechemos estos tiempos de crisis para reinventarnos, para renovar nuestras actitudes, para ver que los eslabones que tenemos a nuestro lado, en el trabajo, en la Asociación, en la familia, sean más fuertes cada día. Es un año que debe quedar marcado por el perdón y el olvido de las ofensas y situaciones del pasado, por la redención y la motivación intensa de ser mejores en todo y con todos. No permitamos que nuestra amada Asociación tenga ningún eslabón débil, ni uno solo. Esta debe ser nuestra responsabilidad.
Finalmente, también quiero invitarlos a que se acerquen cada vez más a la AMG, que nos den sus comentarios, sus quejas, sus ideas para mejorarla. Donde hay voluntad hay un camino, y el camino académico de todos debe ser la Asociación Mexicana de Gastroenterología. Sean pues todos bienvenidos a este renovado ánimo y que Dios los bendiga siempre.