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Vol. 77. Núm. 4.
Páginas 193-213 (Octubre - Diciembre 2012)
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Vol. 77. Núm. 4.
Páginas 193-213 (Octubre - Diciembre 2012)
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Consenso mexicano de enfermedad por relujo gastroesofágico. Parte I
The mexican consensus on gastroesophageal reflux disease. Part I
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F.M. Huerta-Igaa,
Autor para correspondencia
fhuertaiga@prodigy.net.mx

Autor para correspondencia. Hospital Ángeles Torreón, Paseo del tecnológico 909-210C, Torreón, Coa, México.
, J.L. Tamayo-de la Cuestab, A. Noble-Lugoc, J.M. Remes-Troched, M.A. Valdovinos-Díaze, R.I. Carmona-Sánchezf, el Grupo Mexicano para el Estudio de la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico 2011 1
a Servicio de Gastroenterología, Hospital Ángeles Torreón, Torreón, Coa, México
b Servicio de Gastroenterología, Hospital General de Culiacán “Dr. Bernardo J. Gastelum”, Culiacán, Sin, México
c Servicio de Gastroenterología, Hospital Español México, México D.F., México
d Universidad Veracruzana, Veracruz, Ver, México
e Servicio de Gastroenterología, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México D.F., México
f Servicio de Gastroenterología, Hospital Ángeles Centro Médico del Potosí, San Luis Potosí, SLP, México
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Información del artículo
Resumen
Introducción

Los cambios, avances y descubrimientos en la Enfermedad por Refujo Gastroesofágico (ERGE) hacen necesario actualizar el Consenso Mexicano realizado en 2002.

Objetivo

Realizar un nuevo Consenso Mexicano de la ERGE.

Métodos

Los coordinadores generales del proyecto seleccionaron a 6 expertos en la ERGE, quienes realizaron una amplia revisión bibliográfica para elaborar enunciados referentes a los aspectos principales de la ERGE. Estos se sometieron a la consideración de especialistas dedicados al estudio de esta enfermedad. Mediante el método Delphi modificado y 3 rondas de voto reiterativo anónimo por parte de todos los participantes, se llegó a la aprobación definitiva. Se utilizó una escala de 6 puntos: A- totalmente de acuerdo, B-de acuerdo con reservas menores, C-de acuerdo con reservas mayores, D-en desacuerdo con reservas mayores, E-en desacuerdo con reservas menores o F-totalmente en desacuerdo. Se consideró que se llegaba a consenso cuando el acuerdo (A, B ó C), por parte de los participantes era de 67,00% o mayor.

Resultados

Al finalizar todas las rondas de votación, se obtuvieron 160 enunciados en los cuales hubo consenso. La mayor parte de ellos obtuvieron votaciones cercanas al 90,00% de acuerdo.

Conclusión

El Consenso Mexicano de la ERGE 2011 es una herramienta de consulta actualizada, práctica y que ofrece la opinión de los expertos mexicanos respecto a los nuevos conocimientos globales de este padecimiento. Permite además la homogeneidad en criterios diagnósticos y terapéuticos en beneficio de nuestros pacientes.

Abstract
Background

The changes, advances, and new discoveries regarding different aspects of gastroesophageal reflux disease (GERD) have made it necessary to update the Mexican Consensus published in 2002.

Aims

To elaborate a new Mexican Consensus on GERD.

Methods

The general project coordinators selected six GERD experts to carry out an extensive review of the literature for the purpose of elaborating statements on the principal aspects of GERD. These were then placed under the consideration of specialists in the study of this disease. Definitive approval by all participants was reached using the modified Delphi method with three rounds of anonymous and iterative voting. The following scale was employed: A- in complete agreement; B- in agreement, but with minor concerns; C- in agreement, but with major concerns; D- in disagreement, but with major concerns; E- in disagreement, but with minor concerns; or F- in complete disagreement. Consensus was declared when 67.00% or more of the participants concurred on a category of agreement (A, B, or C).

Results

A consensus was reached on 160 of the statements upon completion of the voting rounds, with 90.00% concurrence for the majority of them.

Conclusions

The 2011 Mexican Consensus on Gastroesophageal Disease is a practical and up-to-date consultation tool, providing the opinion of Mexican experts on all the new information available about this disease. It allows there to be homogeneity in diagnostic and therapeutic criteria, all of which serves to benefit our patients.

Texto completo
Introducción

El objetivo del Consenso Mexicano de Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE) fue el actualizar el Consenso Mexicano de ERGE realizado en el año 2002, de acuerdo con las nuevas evidencias científicas mundiales.

Métodos

Los coordinadores generales seleccionaron a 6 expertos en la ERGE como coordinadores para cada una de las mesas de trabajo (definición y manifestaciones clínicas de la ERGE en adultos, epidemiología y fisiopatología de la ERGE en adultos, diagnóstico de la ERGE en adultos, tratamiento médico de la ERGE en adultos, tratamiento endoscópico y quirúrgico de la ERGE en adultos). Los coordinadores de cada mesa realizaron una amplia revisión de la bibliografía utilizando las siguientes bases de datos: Embase, Cochrane y Medline. Los criterios de búsqueda fueron las palabras “gastroesophageal reflux disease”, “GERD” y “GERD treatment”. Se utilizó el período enero de 2000 a diciembre de 2011, aunque no se limitó a esos años cuando se encontraba un artículo multicitado. Se dio preferencia a los consensos, guías, revisiones sistemáticas y meta-análisis. Posterior a dicha revisión, cada coordinador de mesa elaboró una serie de enunciados que abordaran los principales aspectos del tema en particular que les fue asignado.

Los coordinadores generales enviaron los enunciados propuestos por los coordinadores de cada una de las mesas para una primera votación anónima por vía electrónica, en la cual participaron todos los miembros del panel del Grupo de estudio de ERGE 2011, con la finalidad de que emitieran su voto para cada uno de los enunciados propuestos votando como “de acuerdo” o “en desacuerdo” con el enunciado. Para sustentar el resultado de la votación y apoyar el texto de cada enunciado se incluyeron 130 artículos más uno solicitado por los editores en la primera revisión. En caso de desacuerdo, se les solicitó a los participantes que anotaran un comentario en el cual establecieran el motivo por el que estuvieron en desacuerdo con el enunciado. Los resultados de esta primera votación fueron contabilizados, analizados y enviados a cada uno de los coordinadores, junto con los comentarios enviados por los participantes. En caso de acuerdo ≥ 75,00% se determinó que el enunciado podía quedar sin cambios para la siguiente ronda de votación. Los enunciados que obtuvieron ≥ 75,00% de desacuerdo, se eliminaron del Consenso. En los casos de los enunciados que obtuvieron menos de 75,00% de acuerdo o desacuerdo, se solicitó al coordinador de cada mesa que replanteara su enunciado tomado en cuenta los comentarios emitidos por los participantes y enviara la bibliografía que sustentara el enunciado propuesto. Esta bibliografía fue compartida con todos los participantes.

Para la segunda votación anónima por vía electrónica, se incluyeron los enunciados que obtuvieron más de 75,00% de acuerdo en la primera votación, así como los enunciados corregidos de acuerdo con los comentarios emitidos en la primera votación. La metodología en esta segunda votación fue exactamente la misma que en la primera votación.

Al recibir la retroalimentación de la segunda votación anónima, los coordinadores elaboraron un documento final por cada mesa, en el cual cada uno de los enunciados se sustentó con apoyo bibliográfico y el documento se presentó a todo el grupo de trabajo para realizar una votación final que se llevó a cabo de manera presencial, pero manteniendo el anonimato utilizando sistemas electrónicos de votación. Para esta útima fase, los gastroenterólogos especialistas en adultos votaron los enunciados de las mesas uno a 5, mientras que los gastroenterólogos especialistas en pediatría votaron los enunciados de la mesa 6. En esta votación final, los votos se emitieron de acuerdo con la siguiente escala de 6 puntos: A-totalmente de acuerdo, B-de acuerdo con reservas menores, C-de acuerdo con reservas mayores, D-en desacuerdo con reservas mayores, E-en desacuerdo con reservas menores, o F-totalmente en desacuerdo. Se consideró que hubo consenso cuando hubo acuerdo (A, B o C) por parte del 67,00% o más de los participantes.

La elaboración de este Consenso Mexicano de la ERGE contó con el patrocinio de Laboratorio Astra-Zeneca y contó con el aval de la Asociación Mexicana de Gastroenterología.

Resultados

Para facilitar la consulta del documento se tomó la decisión de dividir el consenso en 3 partes dirigidas al interés probable de cada lector: gastroenterología clínica, gastroenterología quirúrgica y gastropediatría. La primera parte comprende desde la definición, epidemiología, presentación clínica, diagnóstico y tratamiento médico. La segunda parte comprende el tratamiento endoscópico y quirúrgico y la tercera parte la revisión de la ERGE en pediatría. En cuanto a los adultos se discutieron en la votación final un total de 92 enunciados, siendo aceptados 85 de ellos (92,40%) en forma total o con reservas menores o mayores. Los porcentajes obtenidos para cada enunciado se especifican en el cuerpo del artículo. En cuanto a pediatría se discutieron en la votación final un total de 68 enunciados, siendo aceptados 61 (89,70%) con los mismos parmáteros comentados previamente. Por cuestiones editoriales el contenido del presente consenso ha sido dividio en 2 partes.

Definición y manifestaciones clínicas de la erge en adultos

1. La ERGE se define como el ascenso del contenido gástrico o gastroduodenal por arriba de la unión gastroesofágica, que causa síntomas y/o daño estructural afectando el bienestar y la calidad de vida de los individuos que la padecen.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

Se llegó al consenso de esta definición para la ERGE con base en que se consideran los factores etiológicos (ascenso de contenido gástrico o gastroduodenal) responsables de los síntomas, pero además se consideran las alteraciones estructurales (esofagitis, estenosis, Barrett, etc.) y su afección en calidad de vida1–3. Recientemente, se ha considerado que la afección sobre la calidad de vida debe ser un componente esencial para considerarse en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad4.

2. Se considera que los síntomas de la ERGE afectan el bienestar del individuo cuando se presentan frecuentemente, su intensidad es moderada a grave e interfieren con sus actividades cotidianas.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

El grupo del consenso consideró que es difícil poner un umbral para definir afección sobre el estado de salud, sin embargo propusimos este enunciado considerando la evidencia sobre interferencia en calidad de vida y desempeño diario que se ha obtenido de los estudios donde se usaron cuestionarios validados específicos para estos fines1,4–6. Por ejemplo, al menos 2 estudios5,6 han demostrado que la presencia de síntomas frecuentes 2 o más veces por semana, independientemente de que los síntomas fueran leves o severos) se asoció con una disminución significativa en la calidad de vida.

3. La ERGE es una entidad heterogénea con diferentes formas de presentación clínica.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

En los últimos años con el advenimiento tecnológico de estudios como la endoscopia de magnificación y la impedancia intraluminal multicanal con pH-metría (IIM-pH), así como el entendimiento de la sintomatología de la ERGE, esta enfermedad ha dejado de ser una entidad mono-sintomática. Así pues, el grupo de trabajo consideró que un buen ejemplo de esta heterogeneidad lo representa la clasificación de Montreal1, en donde se conoce que puede haber una enfermedad con síntomas típicos, con lesión estructural, con síntomas extra esofágicos con asociaciones probables o establecidas).

4. Los síntomas típicos de la ERGE son la pirosis y la regurgitación.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

Aunque la evidencia sobre la exactitud diagnóstica de los síntomas en la ERGE es controversial, de forma consistente se establece que la prevalencia de pirosis y regurgitaciones en sujetos con ERGE estudiados con endoscopia y/o pH-metría puede variar entre 75,00%-98,00% y 48,00%-91,00%, respectivamente7–10.

5. Pirosis se define como la sensación de ardor retro esternal y regurgitación se define como el retorno sin esfuerzo del contenido duodenogastroesofágico (sólido o líquido) hacia el esófago y que puede alcanzar la orofaringe.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

El grupo del consenso considera que estas definiciones reflejan de forma adecuada en nuestro idioma los síntomas típicos de la ERGE. Respecto al consenso previo2 se ha decidido hacer la aclaración de que puede haber reflujo de contenido “duodenogastroesofágico”, considerando el papel que puede tener el reflujo biliar en la génesis de los síntomas11,12. También se enfatiza el hecho de que el reflujo puede alcanzar la orofaringe con base en la existencia de manifestaciones otorrinolaringológicas1.

6. La causa más común de pirosis es la ERGE, sin embargo existen otras situaciones que se pueden asociar con este síntoma como la hipersensibilidad visceral, el reflujo de gas y la morbilidad psiquiátrica, entre otros.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 90,00%; B (acuerdo con reservas menores) 10,00%.

Los factores que determinan la percepción de estímulos a nivel esofágico, como el ácido, son complejos. Si bien la percepción de pirosis como síntoma relacionada con el ácido puede estar influenciada por la cantidad, la duración o la concentración de hidrogeniones en la mucosa esofágica, algunos autores han propuesto que otros factores interactúan, por ejemplo la ansiedad, la depresión o el estrés, de tal manera que estímulos mínimos en el esófago desencadenen dolor13–16. Otros factores como la ingesta de alimentos irritantes y grasas también pueden intensificar la percepción del ácido17.

7. Las manifestaciones extraesofágicas con asociación establecida son las siguientes: tos, laringitis, asma y erosiones dentales. Son manifestaciones extraesofágicas con asociación posible: sinusitis, otitis media recurrente, faringitis y fibrosis pulmonar.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

El consenso estuvo de acuerdo en adoptar estas asociaciones en base a lo que se propone en el consenso previo2 y en el consenso de Montreal1. De forma resumida se sabe que para tos, asma y laringitis asociadas a ERGE la razón de momios varia de 1,2 a 3, siendo un factor de alto riesgo el tener pirosis nocturna18,19.

En el caso de sinusitis y su asociación con ERGE la razón de momios es modesta (1.6) y en el caso de fibrosis pulmonar idiopática la razón de momios es de 1,361,18.

Es importante destacar que dichas asociaciones no establecen causalidad, por lo que se debe tener siempre presente la etiología multifactorial de estas presentaciones clínicas.

8. El dolor torácico de presunto origen esofágico es otra manifestación de la ERGE y no necesariamente está asociado a los síntomas típicos de pirosis y regurgitación.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

Se considera que la ERGE es la primer causa de dolor torácico no cardiogénico y no se sabe si es la exposición de la mucosa esofágica directamente con el ácido o la inducción de trastornos motores de la pared esofágica, lo cual ocasiona los cuadros dolorosos1,15,20,21. Sin embargo, se recomienda que ante la sospecha de ERGE y en ausencia de alteraciones cardiovasculares se inicie manejo con inhibidores de la secreción ácida y valorar la respuesta al tratamiento.

9. La probabilidad de que las manifestaciones laríngeas (disfonía, carraspeo, globus, etc.) o broncopulmonares (tos, asma, etc.) sean debidas a ERGE, en ausencia de síntomas típicos de pirosis y regurgitaciones, es muy baja.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 85,00%; B (acuerdo con reservas menores) 15,00%.

Este enunciado se establece con base en que los estudios (aunque escasos) han demostrado que en laringitis por reflujo el tratamiento con IBP tiene un efecto positivo sobre los síntomas laríngeos sólo en aquellos pacientes que tenían síntomas típicos de ERGE22,23. Más aún si se excluyen estos sujetos el tratamiento con IBP no tienen efecto alguno sobre los síntomas laríngeos. Respecto al asma, los resultados demuestran que aquellos sujetos que además tienen síntomas nocturnos de ERGE son los que mejor responden al tratamiento con inhibidores de la secreción de ácido, como los inhibidores de la bomba de protones (IBP)1,24.

10. Existen 3 variedades fenotípicas de la ERGE y cada una de estas tiene un comportamiento clínico diferente:

  • 1)

    La ERGE no erosiva (ERNE), definida por la presencia de síntomas en ausencia de erosiones de la mucosa esofágica visualizada con endoscopio de luz blanca

  • 2)

    La ERGE erosiva, cuando en el estudio endoscópico se detecta daño superficial o ruptura de la mucosa esofágica

  • 3)

    El esófago de Barrett, definido por la presencia de metaplasia intestinal especializada en el esófago

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 90,00%; B (acuerdo con reservas menores) 10,00%.

Esta clasificación fenotípica establece que cada entidad tiene un comportamiento clínico diferente y rompe con el paradigma de que es una sola enfermedad que sigue un continuo, y aún más, la evidencia ha demostrado que los pacientes con ERNE que no reciben tratamiento, no evolucionan necesariamente a EE y a su vez éstos a esófago de Barrett25,26.

Se considera que el común denominador en todas las variantes de los sujetos con ERGE es la presencia de los síntomas. Sin embargo, de acuerdo a los hallazgos detectados por endoscopia convencional se sabe que en más del 50,00% de los sujetos tienen síntomas de ERGE no tienen evidencia de daño en la mucosa esofágica1,27,28. Respecto a la enfermedad erosiva existe evidencia contundente que la ruptura de la mucosa esofágica es el hallazgo más certero para diagnosticar ERGE29.

Si bien, endoscópicamente se sospecha la presencia de metaplasia intestinal sugestiva de esófago de Barrett este debe considerarse un diagnóstico histopatológico (ver Guías de la AMG de esófago de Barrett)30, y necesariamente se deben de tomar biopsias de acuerdo a los protocolos establecidos para determinar la presencia y grado de metaplasia1,2,30–33.

11. La mayoría de los pacientes debutan, continúan o recaen con la misma variedad fenotípica.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 65,00%; B (acuerdo con reservas menores) 35,00%.

Aunque este enunciado puede ser controvertido, hay pocos estudios que hayan evaluado la historia natural de los 3 fenotipos de la ERGE. Los que se han realizado han demostrado que el porcentaje de enfermos que pasan de un fenotipo a otro es muy bajo. En el estudio más grande publicado se reporta que la progresión de ERNE a ERGE erosiva es menor al 10,00%34.

12. En la población general la ERNE es la variedad fenotípica más frecuente (60,00%-70,00%).

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

Se estima que 70,00% de los pacientes que presentan síntomas típicos de ERGE tienen una mucosa esofágica normal en el estudio endoscópico1,2. En México se estima que 60,00%-70,00% de los pacientes que presentan síntomas típicos de ERGE pertenecen al grupo de ERNE35,36.

13. De acuerdo a la exposición esofágica al ácido (EEA) y la correlación de síntomas con episodios de reflujo medidas con pH-metría esofágica de 24 horas, los pacientes con ERNE se subclasifican en:

  • 1)

    ERNE con exposición anormal al ácido

  • 2)

    ERNE con EEA normal pero con correlación sintomática positiva (también conocido como esófago hipersensible) y;

  • 3)

    pirosis funcional (EEA normal, sin correlación de síntomas con episodios de reflujo)

NOTA: De acuerdo a los criterios de Roma III, la pirosis funcional no debe considerarse como parte de la ERGE y se caracteriza por la falta de respuesta al tratamiento con los IBP37.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 85,00%; B (acuerdo con reservas menores) 15,00%.

Aunque tradicionalmente se consideraba a la ERGE no-erosiva (ERNE) como una forma leve de ERGE, actualmente se sabe que estos pacientes son los que tienen una menor respuesta al tratamiento con IBP y cirugía. La realización de estudios diagnósticos como la pH-metría esofágica de 24 horas y/o IIM-pH (ver sección de diagnóstico) en los pacientes con ERNE, los permite subclasificar en los 3 grupos arriba mencionados.

Menos del 40,00% de los pacientes con ERNE tienen una exposición anormal al ácido cuando se realiza una pH-metría esofágica de 24 horas (porcentaje de tiempo de pH < de 4 mayor de 4,20% del tiempo durante 24 horas), estos pacientes se consideran que son pacientes con enfermedad por reflujo cuyo epitelio es más resistente, pero en el cual existen alteraciones microscópicas mínimas como la dilatación de espacios intercelulares del epitelio esofágico38.

De los pacientes que tienen síntomas y pH-metría esofágica normal, la determinación del porcentaje de síntomas que se relacionan a los episodios de reflujo ácido (índice de síntomas, IS) ha permitido subclasificar a estos pacientes en 2 grupos: los que tienen pH normal e IS positivo (llamado esófago hipersensible), y los que tienen pH normal e IS negativo (considerados como los verdaderos casos de pirosis funcional)14,25,31,32,36.

14. No existe una correlación entre la intensidad de los síntomas y el grado de lesión de la mucosa esofágica.

Nivel de acuerdo: Totalmente de acuerdo 100%.

La evidencia que demuestra que no existe correlación entre la gravedad de los síntomas de la ERGE y la presencia o ausencia de lesiones endoscópicas visible es variada30–41. Aunque la frecuencia y la intensidad de los síntomas correlacionan moderadamente con los hallazgos endoscópicos, en general la presencia o ausencia de síntomas típicos no tiene la capacidad diagnóstica de predecir la existencia de daño en la mucosa esofágica39–41.

15. Las complicaciones de la ERGE erosiva incluyen la hemorragia, úlceras, estenosis esofágica y el desarrollo de esófago de Barrett.

Nivel de acuerdo: Totalmente de acuerdo 95,00%, Acuerdo con Reservas menores 5,00%.

Los miembros del consenso consideraron que las principales complicaciones de la ERGE erosiva incluyen la hemorragia, úlceras y el desarrollo de estenosis esofágica, se presentan en menos del 5,00% de los casos1,2. Esta baja frecuencia se presume puede deberse a que en la actualidad es muy raro existan pacientes con síntomas de ERGE que nunca hayan recibido tratamiento médico. Respecto al esófago de Barrett puede considerarse también como una complicación, aunque como se mencionó anteriormente este fenotipo se asocia con otros factores de riesgo30–32.

16. La presencia de disfagia progresiva en un paciente con síntomas crónicos de ERGE debe considerarse un dato de alarma ya que puede indicar la presencia de estenosis péptica o de adenocarcinoma esofágico.

Nivel de acuerdo: Totalmente de acuerdo 100%.

Por unanimidad se consideró que la disfagia debe de interpretarse como un síntoma de alarma, y que su presencia debe obligar a un estudio endoscópico para descartar la presencia de daño estructural por estenosis o adenocarcinoma del esófago. Estudios recientes han demostrado que la presencia de disfagia se asocia a un riesgo de 3 a 4 veces mayor la probabilidad de tener una neoplasia gastroesofágica42,43.

17. El esófago de Barrett se asocia con otras condiciones concomitantes de riesgo como: raza blanca, tabaquismo, sexo masculino, obesidad, edad mayor a 50 años y síntomas de ERGE de larga evolución (> 5 años).

Nivel de acuerdo: Totalmente de acuerdo 90,00%, Acuerdo con Reservas menores 10,00%.

Aunque el esófago de Barrett tradicionalmente se considera una complicación de la ERGE, creemos que en la actualidad debe también considerarse un fenotipo de la ERGE que frecuentemente se asocia a otras condiciones concomitantes como: raza blanca, obesidad, tabaquismo y síntomas de ERGE de larga evolución1,2,30–32. Es importante destacar que ni la frecuencia ni la intensidad de la pirosis, se consideran factores que puedan predecir el desarrollo de esófago de Barrett. Por otra parte, la presencia de síntomas de larga evolución (más de 5-10 años) incrementa la probabilidad de desarrollar adenocarcinoma del esófago de forma significativa44.

18. En algunas ocasiones es posible encontrar esófago de Barrett o adenocarcinoma en sujetos que nunca presentaron síntomas de ERGE o cuando mucho recuerdan haber tenido síntomas leves años antes.

Nivel de acuerdo: Totalmente de acuerdo 90,00%, Acuerdo con Reservas menores 10,00%.

La evidencia demuestra que entre el 5,00% y 25,00% de los pacientes mayores de 65 años se puede detectar la presencia de metaplasia intestinal en ausencia de síntomas de ERGE33,45. La mayor parte de las veces los hallazgos se reportan de forma incidental durante la realización de estudios endoscópicos por otros síntomas diferentes a los de ERGE. Se cree que esto puede deberse al hecho de que al desarrollarse metaplasia intestinal en el epitelio esofágico, éste se vuelve menos sensible al ácido.

19. Hasta 2 terceras partes de los pacientes que tienen ERGE pueden tener síntomas durante la noche. El reflujo nocturno tiene un significativo impacto negativo en la calidad de vida, se asocia a trastornos del sueño e interfiere con el funcionamiento físico y mental. También se ha relacionado con una mayor probabilidad de esofagitis grave y complicaciones.

Nivel de acuerdo: Totalmente de acuerdo 100%.

Hay suficiente información sobre la prevalencia de ERGE nocturno y su impacto negativo en la calidad de vida46–48. En 60,00% de estos pacientes los síntomas interfieren con el sueño y/o afectan sus actividades diurnas. Además, el reflujo ácido nocturno se ha asociado a una mayor probabilidad de esofagitis severa, estenosis, adenocarcinoma, y enfermedades respiratorias49. El sueño impide la depuración del ácido del esófago resultando en un contacto prolongado del ácido con la mucosa.

Epidemiología y fisiopatología de la erge en adultos

20. La ERGE tiene una prevalencia variable a nivel mundial. Se considera que tiene mayor prevalencia en Occidente (5,00%-20,00%) que en Oriente (2,00%-10,00%). La evidencia disponible indica que la prevalencia del ERGE y sus complicaciones van en aumento.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

Una revisión sistemática de Dent et al. que analizó estudios de prevalencia en diferentes regiones del mundo utilizando criterios de inclusión estrictos para obtener la prevalencia e incidencia de ERGE a nivel mundial, reportó que la prevalencia en Occidente es de 10,00%-20,00%, mientras que en Asia es menor de 5,00%. La prevalencia en Norteamérica parece ser mayor que en Europa (con mayor prevalencia para el Norte de Europa que para el Sur de Europa)50. En el caso de Asia, la prevalencia parece ir en aumento51,52.

21. Existe poca información respecto a la prevalencia de la ERGE a nivel mundial debido a sesgos en la metodología de muchos de los estudios. En México no hay suficiente información que nos permita establecer con certeza la prevalencia de ERGE.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 80; B (acuerdo con reservas menores) 15,00%; C (acuerdo con reservas mayores) 5,00%.

La prevalencia de la ERGE es difícil de establecer con precisión debido a que es una entidad compleja. La clasificación de Montreal la divide en 4 categorías. La mayor parte de los estudios que evalúan la prevalencia de la ERGE, se refieren soalmente a los síndromes sintomáticos, particularmente al síndrome de reflujo típico50.

En México existe poca información que permita establecer la verdadera prevalencia de la ERGE. En un estudio realizado en población abierta en el Estado de Tlaxcala, en el cual se aplicó el cuestionario modular Roma II a 500 individuos, se reportó una frecuencia de pirosis del 19,60% (IC 95%=16,2-23,4)53. Ya que ningún cuestionario permite distinguir entre ERGE y pirosis funcional, Schmulson et al. demostraron mediante endoscopia y pH-metría de 24 horas, que el 62,50% de los individuos que reportaron pirosis en el cuestionario modular de Roma II tuvieron ERGE54.

Un estudio en el cual se aplicó el cuestionario de Carlsson-Dent a 400 pacientes que acudían a consulta de primer nivel, mayores de 60 años mostró que el 25,00% (IC 95%=21-29) presentaban ERGE55.

22. Se requiere realizar más estudios en población general para poder determinar la prevalencia real de la ERGE, así como para estandarizar los estudios: utilizar una definición uniforme de la ERGE (síntomas y su frecuencia), emplear escalas validadas para el diagnóstico de la ERGE (adecuados instrumentos de medición) y realizar un adecuado muestreo de la población (selección de tipo y tamaño de la muestra representativa de la población general).

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 90,00%; B (acuerdo con reservas menores) 10,00%.

Para poder establecer de una forma precisa la prevalencia de la ERGE, es necesario contar con una definición uniforme que establezca de forma estricta el umbral requerido de frecuencia en los síntomas. Esta uniformidad en las definiciones de prevalencia e incidencia permitirán poder realizar comparaciones entre las diferentes regiones a nivel mundial50–52.

23. La fisiopatología de la ERGE es multifactorial.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

Los principales mecanismos que se han relacionado con la fisiopatología de la ERGE son: relajaciones transitorias del esfínter esofágico inferior (RTEEI), alteraciones anatómicas de la unión gastroesofágica y hernia hiatal, alteraciones en la presión del esfínter esofágico inferior (EEI), alteraciones en los mecanismos de aclaramiento esofágico, alteraciones en los mecanismos de defensa de la mucosa esofágica o aumento en los factores agresores de la misma y retardo en el vaciamiento gástrico56.

24. Las RTEEI son el mecanismo fisiopatológico más frecuente de ERGE y son responsables de casi todos los episodios de reflujo en sujetos con EEI con presión basal normal. La presencia de hernia hiatal, con hipotensión del EEI, se asocia con ERGE más grave.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

Las RTEEI se presentan como relajaciones espontáneas y prolongadas de la presión basal del EEI que se desencadenan frecuentemente por distensión gástrica a través de un mecanismo vasovagal, y constituyen el principal mecanismo fisiopatológico de la ERGE particularmente en sujetos con EII normotenso56,57. Por otra parte, la presencia de hernia hiatal no reductible altera la función del EII, aumenta la frecuencia de RTEII, promueve el reflujo ácido e impide el mecanismo de aclaramiento esofágico, lo cual predispone a episodios de reflujo más numerosos y de mayor severidad56–60.

25. El volumen y la naturaleza del material refluido determinan la gravedad de la ERGE. El ácido y la pepsina tienen un papel central en la inducción de síntomas y daño por reflujo (exposición anormal al ácido). Un mayor tiempo de exposición ácida (pH < 4) de la mucosa esofágica, lleva a mayor daño de la mucosa esofágica y a mayor riesgo de complicaciones por ERGE. Otros componentes del reflujo (sales biliares, enzimas pancreáticas) son también relevantes en la fisiopatología del ERGE o sus complicaciones.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 85,00%; B (acuerdo con reservas menores) 15,00%.

El daño de la mucosa esofágica inducido por reflujo deteriora la motilidad esofágica y se asocia con una disminución de la presión del EII, lo cual incrementa la exposición de la mucosa esofágica al ácido61. El papel nocivo del ácido clorhídrico sobre la mucosa esofágica ha sido ampliamente reconocido. Sin embargo, el reflujo biliar, compuesto por sales biliares y enzimas pancreáticas también ha demostrado que es nocivo y puede estar relacionado con el desarrollo de esófago de Barrett y adenocarcinoma. Existe evidencia de que la combinación del ácido con la pepsina aumenta el daño de las uniones intercelulares de la mucosa esofágica, y que las sales biliares aumentan la susceptibilidad de la mucosa a la agresión por el ácido clorhídrico56,60.

26. Son factores de riesgo para ERGE: edad avanzada, historia familiar de ERGE y factores genéticos, uso de medicamentos que afectan el vaciamiento esofágico y gástrico o que disminuyen la presión del EII (nitratos, anticolinérgicos, progesterona) y comorbilidades (EPOC, asma, obesidad). La obesidad es un factor de riesgo para presencia de ERGE, esofagitis erosiva y adenocarcinoma de esófago.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

Diversos estudios han identificado factores de riesgo para la ERGE. Los factores de riesgo más frecuentemente identificados son edad avanzada, sexo masculino, historia familiar de ERGE y mayor índice de masa corporal52,60,62. Un estudio realizado en gemelos demostró la importancia de los factores genéticos en la ERGE63. Por otra parte, también se ha demostrado que la obesidad aumenta 1,5-2 veces el riesgo de presentar síntomas de ERGE y esofagitis erosiva, así como 2-2,5 veces el riesgo de presentar adenocarcinoma esofágico, en comparación con individuos con índice de masa corporal normal64.

Diagnóstico de la erge en adultos

27. La respuesta a una prueba terapéutica con IBP es diagnóstica de ERGE en casos con síntomas típicos, sin datos de alarma.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 60,00%; B (acuerdo con reservas menores) 25,00%; C (acuerdo con reservas mayores) 5,00%; E (desacuerdo con reservas menores) 5,00%; F (totalmente en desacuerdo) 5,00%.

La mayoría de opiniones de expertos y de los algoritmos de diagnóstico de la ERGE aceptan que una respuesta sintomática a una prueba con IBP en pacientes con manifestaciones típicas es diagnóstica de ERGE. Sin embargo, un meta-análisis65 demostró que los valores de sensibilidad 0,78 (IC 95%, 0,66 a 0,86) y especificidad 0,54 (IC 95%=0,44-0,65) son muy modestos y con los estudios existentes no han podido definirse el tipo, dosis y duración más efectivos para realizar la prueba con IBP. Hasta la fecha la prueba terapéutica con IBP no está estandarizada en cuanto a dosis de IBP requerida, duración del tratamiento ni en la forma en la que se define la respuesta clínica. No obstante, la amplia disponibilidad y sencillez de esta prueba, la convierte en una herramienta diagnóstica útil en el primer nivel de atención.

28. Los pacientes con ERGE sintomática que presenten manifestaciones de alarma deben ser sometidos a endoscopia.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

El valor diagnóstico de los signos de alarma (pérdida de peso, anemia, disfagia, etc.) depende de su definición, tiempo de duración y tipo de población estudiada. La presencia de estos síntomas tiene una elevada especificidad (97,00%-98,00%) pero tiene una pobre sensibilidad. La endoscopia en pacientes con signos de alarma tiene un elevado rendimiento en el diagnóstico de cáncer (4,00%) y de condiciones benignas serias como estenosis, úlcera o esofagitis grave (13,00%)66. En México, no hay estudios que hayan evaluado la utilidad de los síntomas y signos de alarma en la detección de cáncer del tubo digestivo superior, sin embargo, debido a la todavía alta prevalencia de carcinoma gástrico en la población, la realización de endoscopia es imperativa en pacientes con signos o síntomas de alarma.

29. Pacientes con síntomas de ERGE de más de 5 años de evolución, sin síntomas de alarma, deben estudiarse con endoscopia para excluir esófago de Barrett.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 70,00%; B (acuerdo con reservas menores) 30,00%.

La aceptación de este enunciado está basada en la experiencia de los estudios en población anglosajona, que muestran que el riesgo de tener esófago de Barrett es > 15,00% cuando existen síntomas crónicos de ERGE de más de 5 años de evolución44. En México no hay estudios que establezcan el riesgo de esófago de Barrett según la cronicidad de los síntomas de ERGE. Otros factores de riesgo como el sexo masculino, raza blanca, obesidad, tabaquismo e ingesta de alcohol deben ser considerados para el escrutinio de esófago de Barrett mediante el estudio endoscópico.

30. Todo paciente con síntomas de ERGE debe tener un estudio endoscópico por lo menos una vez en la vida.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 5,00%; B (acuerdo con reservas menores) 35,00%; C (acuerdo con reservas mayores) 30,00%; E (desacuerdo con reservas mayores) 15,00%; F (totalmente en desacuerdo) 15,00%.

Este enunciado fue aprobado con solamente un 70,00% de aceptación (la mayoría con reservas menores y mayores), debido a la escasa evidencia científica internacional y local que lo sustente.

31. La endoscopia de magnificación y técnicas de NBI, FICE o i-SCAN son útiles para identificar la esofagitis de cambios mínimos o “esofagitis microscópica”, sin embargo, su papel en el diagnóstico y manejo de la ERGE aún no ha sido establecido.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 85,00%; B (acuerdo con reservas menores) 15,00%.

Las evidencias muestran que las nuevas técnicas en imagen endoscópica son útiles en la detección de cambios mínimos en la mucosa esofágica de los pacientes con ERNE67, sin embargo hubo acuerdo en que esta tecnología debe ser validada para su uso en la práctica clínica. Además, en países como México el conocimiento de la relación costo beneficio y la disponibilidad de estas nuevas técnicas adquiere especial importancia.

32. El esofagograma con bario es útil para la identificación de hernia hiatal, esófago corto y estenosis. Solamente está indicado en el paciente candidato a cirugía antirreflujo con hernia hiatal grande y sospecha de esófago corto.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 80,00%; B (acuerdo con reservas menores) 20,00%.

La sensibilidad y especificidad del esofagograma para la detección de esofagitis, sobre todo los grados leves (A y B de Los Angeles), así como para la identificación de esófago de Barrett es muy baja. Es útil en el diagnóstico de la hernia hiatal y el esófago corto, por ello es un estudio que está indicado en la evaluación preoperatoria del paciente candidato a cirugía antirreflujo con sospecha de estas alteraciones anatómicas68.

33. La manometría esofágica sólo está indicada en pacientes con ERGE candidatos a cirugía antirreflujo y en pacientes que no responden a IBP, con el objetivo de descartar un trastorno motor esofágico grave como la acalasia.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 75,00%; B (acuerdo con reservas menores) 25,00%.

La manometría esofágica no es útil para identificar la presencia de reflujo gastroesofágico. Se utiliza para la identificación del EEI y la colocación apropiada de los electrodos de pH. Esta prueba es importante en la evaluación preoperatoria de candidatos a cirugía antirreflujo para descartar la presencia de un trastorno motor esofágico grave (acalasia, escleroderma), que pueda influir negativamente en los resultados postoperatorios. Asimismo, puede estar indicada en pacientes con síntomas sugestivos de ERGE, refractarios a tratamiento a IBP y en los cuales es necesario el diagnóstico diferencial de acalasia69.

34. La pH-metría esofágica está indicada en pacientes con ERNE que no responden a una prueba terapéutica con IBP.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

Una indicación precisa de la medición del pH esofágico de 24h es en pacientes con endoscopia negativa y falta de respuesta sintomática a un tratamiento adecuado con IBP. Esta prueba permite discriminar a los pacientes con síntomas debidos a ERGE de aquellos con síntomas funcionales. Idealmente, esta prueba deberá realizarse una vez que se haya descontinuado el IBP70,71.

35. El rendimiento diagnóstico de la pH-metría esofágica de 24 horas en pacientes con manifestaciones extra-esofágicas de ERGE que no responden a IBP es bajo.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 75,00%; B (acuerdo con reservas menores) 15,00%.

En diversos estudios se ha demostrado que en los pacientes con laringitis, tos crónica o asma bronquial que no responden a un tratamiento de prueba con IBP, la utilidad de la medición del pH esofágico de 24 horas es muy baja. Se han informado pH-metrías anormales en 28,00% a 30,00% de los pacientes con síntomas extraesofágicos refractarios a una dosis al día de IBP72 y la proporción de pruebas anormales se reduce al 1,00% en aquellos que toman IBP 2 veces al día73. De cualquier manera, no se debe menospreciar una prueba negativa ya que nos puede ayudar a orientar el esfuerzo diagnóstico en otro sentido.

36. La cápsula inalámbrica (Bravo) permite medir el pH esofágico por períodos de 48 a 96 horas. Es mejor tolerada por el paciente e incrementa el rendimiento diagnóstico en pacientes con síntomas intermitentes y con variaciones día con día.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 80,00%; B (acuerdo con reservas menores) 20,00%.

Múltiples estudios realizados en diferentes poblaciones comprueban que la cápsula inalámbrica es mejor tolerada que la pH-metría con catéter. Además, debido al mayor tiempo de medición del pH que se logra con la cápsula Bravo, se incrementa la detección de EEA anormal. Sin embargo, se reconoce que en México, ésta no es una técnica ampliamente disponible y su elevado costo es una limitante74–77.

37. No se recomienda la medición rutinaria del pH con sensores proximales o en la hipofaringe.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 80,00%; B (acuerdo con reservas menores) 15%; C (acuerdo con reservas mayores) 5,00%.

La probabilidad pre-prueba de exposición anormal al ácido en pacientes con síntomas laríngeos crónicos es del 53,00%, siendo de 42,00%, 44,00% y 38,00% en el esófago distal, proximal y en hipofaringe, respectivamente78. Asimismo, en estudios que evalúan la eficacia de los IBP en el control de síntomas laríngeos, se ha demostrado que la exposición al ácido anormal en el esófago o en la hipofaringe no predice la respuesta al tratamiento con estos agentes79. Por lo anterior, no se recomienda la medición rutinaria de la exposición al ácido en el esófago proximal o en la hipofaringe.

38. La medición del pH e impedancia intraluminal multicanal (pH-IIM) está indicada en los casos de ERNE que no responde a IBP y en los cuales la identificación de reflujo no ácido puede modificar la conducta terapéutica.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

La pH-IIM es una técnica que permite identificar las características físicas del reflujo (gas, lìquido, mixto) y determinar si es ácido (pH < 4), débilmente ácido (pH 4-7) o débilmente alcalino (pH > 7). La sensibilidad de esta técnica comparada con pH-metría y manometría es > 90,00% y ahora se considera el estándar de oro para el diagnóstico de la ERGE80. Su mayor utilidad clínica es en la evaluación de los pacientes con ERGE refractaria, en los cuales la identificación de reflujo ácido y no ácido, o la exclusión del reflujo gastroesofágico, pueden modificar la conducta terapéutica. De manera consistente se ha demostrado que 31,00% a 37,00% de los pacientes refractarios a IBP tienen al reflujo no ácido como factor asociado a los síntomas perisistentes81,82. Diversas modalidades terapéuticas han sido ensayadas para el manejo del reflujo no ácido e incluyen los inhibidores de las relajaciones transitorias del EEI, tratamientos endoscópicos y la cirugía antirreflujo, sin embargo, se requiere de ensayos clínicos aleatorios y controlados en una muestra adecuada de pacientes para conocer la eficacia y seguridad de estas terapias a largo plazo.

39. La evaluación de la correlación sintomática (IS, probabilidad de asociación sintomática) se recomienda para la interpretación estadística de causalidad de un síntoma en particular con episodios de reflujo. Esta evaluación debe hacerse aún cuando la EEA es normal.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 90,00%; B (acuerdo con reservas menores) 10,00%.

Una ventaja de la medición ambulatoria IIM-pH es la posibilidad de correlacionar los síntomas del paciente con los episodios de reflujo. Los métodos más utilizados con este objetivo son el IS y la probabilidad de asociación sintomática (PAS)83. Estos índices se calculan para cada uno de los síntomas individuales como pirosis, regurgitación, dolor torácico o tos. La sensibilidad del IS y PAS comparada con la prueba terapéutica con omeprazol es de 35,00% y 65,00% y la especificidad de 80,00% y 73,00%, respectivamente84. Estos datos establecen las limitaciones de ambos índices pero en general, han añadido un importante valor a la interpretación de la medición del pH e impedancia ambulatoria. El porcentaje de pH por debajo > 4 indica que el grado de EEA es anormal, pero no establece causalidad entre el reflujo y los síntomas del paciente. Sin embargo, una EEA normal es clínicamente significativa cuando los episodios de reflujo correlacionan positivamente con el síntoma del paciente. Por ello, la mayor utilidad del IS y el PAS es en aquellos pacientes con la variedad no erosiva de la ERGE y con exposición al ácido normal85.

40. La decisión de medir el pH-IIM esofágico con o sin IBP debe basarse en la probabilidad pre-prueba de tener ERGE. En un paciente con baja probabilidad para ERGE se recomienda hacer la pH-IIM sin IBP y en un paciente con alta probabilidad de ERGE es más útil realizar la prueba con doble dosis de IBP.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 70,00%; B (acuerdo con reservas menores) 25,00%; C (acuerdo con reservas mayores) 5,00%.

La decisión de realizar la pH-IIM esofágica con o sin IBP en pacientes con ERGE refractaria es muy controvertida. Sabemos que la probabilidad de que una pH-metría realizada con IBP resulte positiva es baja. Sólo 1,00% de los pacientes con síntomas extraesofágicos y 7,00% con síntomas típicos de reflujo tendrán exposición al ácido anormal cuando son evaluados bajo tratamiento con doble dosis de IBP. El uso del IS incrementa muy poco estos porcentajes: 2,00% y 9,00%, respectivamente73. La combinación de pH-IIM incrementa la probabilidad de una prueba positiva a 37,00%81. De esta forma, una prueba de pH-IIM o pH realizada con IBP es muy probable que resulte normal y se ha estimado en 63,00% y 69,00%, respectivamente. En estas condiciones, se recomienda la búsqueda de otras causas diferentes de la ERGE para explicar los síntomas del enfermo.

La principal crítica a la realización de pH-IIM con IBP es que no se puede saber si el paciente tiene reflujo anormal en condiciones basales. Pero, por otro lado, una prueba de pH-IIM positiva sin IBP no responde la pregunta de ¿por qué el paciente es refractario a los IBP? Por ello, mientras no existan estudios prospectivos que demuestren cual de las 2 técnicas es la ideal, la recomendación es realizar la prueba sin IBP en aquellos pacientes con baja probabilidad de tener ERGE86.

41. La determinación ambulatoria de bilirrubinas en el esófago (Bilitec) es la prueba más útil para identificar el reflujo duodenogastroesofágico (RDGE). Sin embargo, el papel del RDGE en la ERGE que no responde a IBP es muy pobre y por ello esta prueba se reserva a estudios de investigación.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

La identificación de RDGE se hace mediante la medición ambulatoria de bilirrubinas en el esófago durante 24 horas (Bilitec). Los estudios con esta prueba han mostrado que el RDGE es importante en el desarrollo de lesiones esofágicas. Las esofagitis de grados graves y el esófago de Barrett son más frecuentes en aquellos pacientes con mayor proporción de RDGE concomitantemente con mayor EEA87. También se ha demostrado que el RDGE es causa de síntomas como pirosis. Sin embargo, el papel del RDGE como factor responsable de la falta de respuesta a los IBP en pacientes con ERGE refractaria es muy pobre. En un estudio reciente que evaluó la presencia de RDGE en pacientes con ERGE que responden y en aquellos que no responden a IBP, se demostró que la frecuencia de RDGE es similar en ambos grupos88. Con estos hallazgos se sugiere que la medición de RDGE está reservada a estudios de investigación.

42. Tomar biopsias en ERGE está indicado en pacientes con sospecha de esofagitis eosinofílica y para confirmar el diagnóstico de metaplasia intestinal especializada o esófago de Barrett. No se recomienda tomar biopsias de rutina en ERGE no erosiva o erosiva.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

Aunque se han caracterizado los hallazgos histopatológicos que identifican a la ERGE: infiltrado por neutrófilos y eosinófilos, hiperplasia de células basales, elongación de papilas y dilatación de espacios intercelulares89, la utilidad clínica de la biopsia en el diagnóstico de ERGE no ha sido superior a las otras pruebas. Sin embargo, en los casos con sospecha clínica o hallazgos endoscópicos de esofagitis eosinofílica, tomar biopsias en el esófago distal y proximal es obligada. La presencia de más de 15 eosinófilos por campo de alto poder establece el diagnóstico90.

Por otro lado, la identificación con endoscopia convencional o con las nuevas técnicas de magnificación con NBI o cromoendoscopia de una imagen sugestiva de esófago de Barrett obliga a la toma de biopsias. La presencia de metaplasia columnar especializada (determinada por la presencia de células caliciformes (goblet cells) y epitelio de tipo colónico) en el esófago establece el diagnóstico de esófago de Barrett.

43. La dilatación de espacios intercelulares en biopsias esofágicas estudiadas con microscopia electrónica se observa en ERGE erosiva, no erosiva y con RDGE. Sin embargo su utilidad en la práctica clínica no ha sido demostrada.

Nivel de Acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 90,00%; B (acuerdo con reservas menores) 10,00%.

Varios estudios de biopsias esofágicas evaluadas con microscopia electrónica en pacientes con ERNE, ERGE erosiva y RDGE han demostrado que la dilatación de los espacios intercelulares está presente en estos casos, a diferencia de los controles y correlaciona con estudios de pH y Bilitec91. Además, este fenómeno no ha sido encontrado en pacientes con pirosis funcional92. Estos hallazgos sugieren que la dilatación de los espacios intercelulares es un marcador de la ERGE, sin embargo, su utilidad en la práctica clínica, costos y disponibilidad aún no han sido investigadas.

Tratamiento médico de la erge en adultos

44. Los objetivos del tratamiento en la ERGE son: el alivio de los síntomas, la mejoría de la calidad de vida, la cicatrización de las lesiones, la prevención de la recurrencia y del desarrollo de complicaciones. El alivio de los síntomas y la mejoría de la calidad de vida son objetivos de todas las formas de ERGE.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

La ERGE es una enfermedad de alta prevalencia que puede causar eventos episódicos sintomáticos sin lesiones evidentes en algunos pacientes y esofagitis grave y estenosis péptica en otros. Estas complicaciones no malignas son una causa poco frecuente de muerte93. Así, la cicatrización de las lesiones o la disminución de la mortalidad no son los objetivos del tratamiento para la mayoría de los enfermos. Los motivos más frecuentes de consulta en los pacientes con ERGE se asocian al incremento en la frecuencia y la gravedad de los síntomas, la interferencia con las actividades sociales, las alteraciones en el desempeño laboral y el sueño, así como altos niveles de co-morbilidad psicológica94. La persistencia de síntomas aún bajo tratamiento con IBP puede alterar en forma significativa la calidad de vida95. Siendo los síntomas y la calidad de vida los 2 aspectos más sensibles en todas las variedades fenotípicas, se convierten en objetivos comunes del tratamiento.

45. Las modificaciones dietéticas y en el estilo de vida pueden ser útiles para aliviar los síntomas pero son insuficientes como tratamiento único. Las dietas más restrictivas logran un mejor control sintomático pero se asocian a menor apego por parte del paciente.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 90,00%; B (acuerdo con reservas menores) 10,00%.

Estas medidas tienden a reducir la exposición del esófago al ácido, favorecer su depuración y mejorar los síntomas. Elevar la cabecera, evitar acostarse después de comer, bajar de peso y prescindir del uso de ropa apretada pueden reducir el reflujo evitando la presión sobre el EEI. Elementos de la dieta como la menta, el chocolate, las bebidas carbonatadas y con cafeína, las harinas, el alcohol y algunos condimentos pueden causar síntomas esofágicos pero su papel en la ERGE sigue siendo controversial96–98. La capsaicina (componente activo de los pimientos picantes incluido el chile) estimula a los receptores vaniloides tipo I de las neuronas sensitivas aferentes del esófago y aunque despierta síntomas en pacientes con ERGE, paradójicamente ha demostrado reducir la quimiosensibilidad esofágica al ácido99. La implementación de muchas de estas medidas pueden tener un efecto negativo en la calidad de vida de los enfermos con ERGE, pero esto no ha sido evaluado.

46. La reducción de peso, el dejar de fumar y de consumir bebidas alcohólicas, evitar el decúbito después de una comida, dormir con la cabecera levantada o en decúbito izquierdo son medidas generales que mejoran los síntomas de la ERGE.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 90,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%; C (acuerdo con reservas mayores) 5,00%.

Aunque las modificaciones dietéticas y del estilo de vida son frecuentemente recomendadas, su eficacia no ha sido evaluada adecuadamente en todos los casos. El tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol se han asociado a un mayor riesgo de ERGE100, pero evitar su consumo no ha tenido un impacto significativo en la enfermedad101. Las medidas basadas en evidencia que han demostrado mayor utilidad han sido bajar de peso y elevar la cabecera, especialmente en para el control del reflujo nocturno102–104. A pesar de su asociación controversial, algunas recomendaciones pueden emplearse debido a su beneficio inobjetable para la salud (como evitar la obesidad, no fumar o dejar de consumir alcohol en exceso).

47. El consumo de antiácidos, alginato o su combinación son efectivos para el alivio transitorio de los síntomas típicos de reflujo. Son útiles en el manejo de los síntomas repentinos u ocasionales y no deben ser usados como tratamiento único en pacientes con ERGE.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

Estos fármacos son, posiblemente, los que con mayor frecuencia se emplean para el alivio sintomático del reflujo ocasional o repentino. Su efecto es local, neutralizando el ácido y evitando el contacto con la mucosa esofágica. El alginato es un polímero de polisacáridos naturales que en combinación con bicarbonato y en un medio ácido se precipita como gel viscoso que flota y ejerce un mecanismo de barrera entre el contenido gástrico y la superficie del esófago105. Las formulaciones de antiácidos solos o en combinación con alginato son muy utilizadas, debido a su disponibilidad y rápido efecto en el control de síntomas106. Varias publicaciones han intentado demostrar su efectividad en el alivio sintomático e incluso en la prevención de recaídas, pero la gran mayoría son estudios abiertos y de baja calidad105,107. Los estudios de mejor calidad, aleatorizados y comparativos han demostrado que su efectividad en la cicatrización de la esofagitis no es mayor que la del placebo aún a altas dosis108.

48. El sucralfato ha demostrado lograr la cicatrización de la esofagitis en estudios clínicos de baja calidad, por lo que su empleo no puede ser recomendado.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 90,00%; B (acuerdo con reservas menores) 10,00%.

El sucralfato es un agente protector de la mucosa que bloquea la difusión del ácido e inhibe la acción erosiva de la pepsina y la bilis por lo que ha sido empleado en diversos padecimientos digestivos incluyendo la ERGE109. Algunos estudios abiertos comparativos con antagonistas de los receptores H2 de la histamina (ARH2) y antiácidos han demostrado que el sucralfato logra cicatrización de la esofagitis en 31,00% a 64,00% de los pacientes luego de 6 a 8 semanas de tratamiento110–112, pero estudios dirigidos en pacientes con esofagitis más grave, muestran eficacia apenas por arriba del placebo y a la par de la obtenida con procinéticos113. Por lo anterior, en el momento actual y a la luz de la eficacia de los IBP, el sucralfato no puede ser recomendado en el tratamiento de la ERGE.

49. Los procinéticos mejoran los síntomas de algunos pacientes con ERGE pero su efectividad en la cicatrización de las erosiones es menor que la de los ARH2o IBP. Pueden ser útiles si existen síntomas concomitantes que sugieran retraso del vaciamiento gástrico (llenura, saciedad temprana o dolor epigástrico posprandial). Al prescribirse deben tomarse en cuenta los posibles efectos adversos cardiovasculares y en el sistema nervioso central.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

Las alteraciones en la peristalsis esofágica y el retraso en el vaciamiento gástrico se pueden observar en algunos pacientes con ERGE114. Los procinéticos incrementan la presión del EEI, estimulan la peristalsis esofágica, favorecen el vaciamiento gástrico y reducen la exposición del esófago al ácido. La sobreposición entre la dispepsia y la ERGE es frecuente por lo que algunos de estos pacientes, particularmente aquellos con dismotilidad, pueden beneficiarse del tratamiento con procinéticos115,116. Una revisión sistemática que incluyó 18 estudios clínicos controlados y comparativos proporcionó evidencia de moderada calidad, acerca de que los procinéticos mejoran los síntomas de pacientes con esofagitis y evidencia de baja calidad acerca de que favorecen la cicatrización de la esofagitis117. Un meta-análisis que incluyó 3 estudios clínicos controlados comparativos contra placebo y 198 pacientes con ERGE no mostró efecto benéfico del tratamiento con procinéticos en la cicatrización de la esofagitis erosiva118. Por otro lado, algunos procinéticos han sido asociados a efectos adversos cardiovasculares y del sistema nervioso central, lo que ha limitado su empleo en grupos de riesgo119–121. Los agentes procinéticos de más reciente desarrollo han mostrado un mejor perfil de seguridad y es posible que tengan un efecto benéfico en el control sintomático de pacientes con ERGE solos o en combinación con IBP122–124. Sin embargo, se requieren más y mejores estudios con estos nuevos agentes.

50. La efectividad de los ARH2en la cicatrización de la esofagitis es superior a la observada con placebo, antiácidos y sucralfato pero menor a la obtenida con los IBP. Los ARH2no deben recomendarse en pacientes con esofagitis grave ni usarse por periodos prolongados ya que el desarrollo de tolerancia puede reducir su efectividad.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

El tratamiento más común y efectivo en la ERGE es la inhibición de la secreción del ácido125. Los ARH2 disminuyen la producción del ácido gástrico y varios estudios comparativos con placebo han demostrado que logran una mejoría sintomática, una buena respuesta en el alivio completo de los síntomas y disminuyen los episodios que ameritan rescate con antiácidos. La eficacia en lograr la cicatrización de la esofagitis es mayor a la obtenida con placebo y antiácidos, pero menor que con IBP y se relaciona con la gravedad de las lesiones. Los estudios realizados con estos fármacos hace más de 2 décadas han demostrado que la cicatrización de las lesiones se logra en menos de la mitad de los casos con esofagitis erosiva leve y que su efecto es insuficiente en la esofagitis grave126–128. Por otro lado, el tratamiento con ARH2 tiene algunas desventajas en comparación con el uso de IBP como la breve duración de su acción, la inhibición incompleta de la secreción ácida y el desarrollo de tolerancia. Esto último consiste en una actividad antisecretora progresivamente atenuada manteniendo las mismas dosis de ARH2129,130, y se cree que es debida a cambios adaptativos en la producción del ácido que son estimulados por acetilcolina, gastrina o ambos. Esto puede revertirse parcialmente incrementando las dosis, administrándolos con mayor frecuencia o en forma intermitente131 con un impacto negativo en la adherencia al tratamiento. La tolerancia a los ARH2 posiblemente explique el porqué la mayoría de los pacientes con ERGE persiste con síntomas, luego de recibirlos por un tiempo prolongado y no se logra mejoría al duplicar las dosis132.

51. Los IBP son los fármacos más efectivos para el tratamiento de la ERGE. Su efectividad es mayor para el control de la pirosis que para la regurgitación, para el control de los síntomas nocturnos y en ERGE erosiva.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

Los IBP son los fármacos que causan la supresión más profunda del ácido gástrico y este efecto se traduce en una mayor eficacia en el control de síntomas y en la cicatrización de la esofagitis. Los IBP han demostrado lograr un alivio sintomático 2 veces más rápido y completo en comparación con ARH2113. Un meta-análisis que incluyó 26 estudios clínicos controlados y comparativos entre IBP y ARH2 o ARH2 más procinético, demostró un mayor beneficio con el uso de IBP para la cicatrización de la esofagitis133. También han demostrado ser superiores a ARH2, procinéticos, sucralfato y placebo en la prevención de recaídas mediante su administración a largo plazo134. Diversos estudios han mostrado la utilidad de los IBP en el control del reflujo nocturno, logrando un mejor control de la pirosis, calidad del sueño, productividad laboral y funcionalidad135–138. Sin embargo, a pesar de ser considerados la mejor alternativa en el tratamiento médico de la ERGE, los IBP no logran control adecuado de todos los síntomas de la enfermedad. Una revisión reciente demostró que la ganancia terapéutica con el uso de IBP sobre placebo u otros fármacos para el alivio de la regurgitación es modesta y considerablemente menor a la obtenida para el control de la pirosis135.

52. A pesar de haber diferencia en la potencia, la rapidez de acción y la duración de su efecto, los diferentes IBP (omeprazol, rabeprazol, lansoprazol, esomeprazol, pantoprazol y dexlansoprazol) son un grupo de fármacos con efectividad clínica similar en el control de síntomas y la cicatrización de las erosiones en los pacientes con ERGE.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

Estudios comparativos han demostrados que los diferentes IBP tienen eficacia similar en el tratamiento de la ERGE. Una revisión sistemática que incluyó 38 estudios que evaluaron tratamiento agudo y 15 estudios que evaluaron tratamiento de mantenimiento demostró eficacia similar del omeprazol, lansoprazol, pantoprazol y rabeprazol en términos de control de síntomas, tasa de cicatrización y recaídas139. Existe evidencia acerca del mejor control de la acidez gástrica con la administración algunos IBP140,141. También existen estudios que han mostrado diferencias estadísticas a favor de distintos IBP en términos de rapidez de acción y control de síntomas142–146. Sin embargo, la relevancia clínica de estas diferencias estadísticas es controversial ya que los mismos estudios coinciden en mostrar una efectividad similar en la cicatrización de la esofagitis.

53. El tratamiento con IBP puede fallar en algunos pacientes debido a que sus síntomas no son causados por reflujo ácido.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

El alivio completo de los síntomas de la ERGE mediante la administración de anti-secretores se considera la prueba de que tales síntomas son causados por el ácido147. Sin embargo, en los últimos años se han acumulado informes acerca del aumento de la prevalencia de falla al tratamiento con IBP y se estima que 10,00%-40,00% de los pacientes con ERGE persisten sintomáticos a pesar de recibir tratamiento a dosis estándar de estos fármacos147–149. Ante esto, es frecuente que el médico opte por duplicar la dosis del IBP lo que habitualmente no mejora la respuesta150. Varios mecanismos se han propuesto como causa de síntomas persistentes en este grupo de enfermos: reflujo no ácido, reflujo duodeno-gastro-esofágico e hipersensibilidad visceral, entre otros151. Aquellos pacientes que no responden al tratamiento con IBP a dosis y por tiempo adecuado requieren de evaluación diagnóstica apropiada en búsqueda de un diagnóstico alternativo152.

54. Se ha informado acerca de efectos colaterales asociados al tratamiento con IBP (desarrollo de neumonía adquirida en la comunidad, mayor frecuencia de infecciones entéricas -incluyendoClostridium difficile(C. difficile)-, fractura de cadera, mala-absorción de cobalamina e hipomagnesemia) e interacciones con medicamentos (clopidogrel). Sin embargo, hasta el momento no existen indicaciones precisas para limitar su uso en pacientes con ERGE. Se están realizando investigaciones especialmente diseñadas para establecer la posible relación causa-efecto.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 85,00%; B (acuerdo con reservas menores) 15,00%.

Los IBP se consideran un grupo de fármacos efectivos y seguros, pero su prescripción a un gran número de enfermos por periodos prolongados debido a la cronicidad de los padecimientos ha llamado la atención hacia el desarrollo de posibles efectos indeseables e interacciones farmacológicas. La inhibición del ácido gástrico elimina un mecanismo de defensa contra la ingestión de algunas bacterias y esporas, incrementando el riesgo de infecciones gastrointestinales incluyendo infección por C. difficile153 y neumonías adquiridas en la comunidad aunque no de neumonías nosocomiales154. La misma supresión del ácido puede resultar en una disminución en la absorción intestinal del calcio, lo que se ha asociado a un incremento aparente en el riesgo de fractura de cadera y vértebras155. La hipomagnesemia ha sido reconocida como una complicación rara pero potencialmente grave del uso de IBP, pero no ha sido aclarado si es debida a una absorción deficiente o un incremento en la pérdida de este ión156. El consumo de IBP puede causar mala-absorción de cobalamina157. Recientemente, algunos estudios han sugerido que el uso concomitante de clopidrogrel e IBP puede estar asociado a un incremento de eventos cardiovasculares e infarto del miocardio, aunque la evidencia disponible muestra que esta asociación no afecta la mortalidad158,159. El estudio de mejor calidad disponible hasta ahora no mostró diferencia entre placebo y omeprazol, en cuanto a riesgo de eventos cardiovasculares en pacientes tomando clopidogrel160. A pesar de lo anterior, no existen indicaciones precisas para limitar el empleo de los IBP en pacientes con ERGE y se han publicado diversas revisiones críticas sobre el tema que destacan la importancia sobre la correcta indicación y uso de la IBP, así como la detección de factores de riesgo potenciales161–164. Se están realizando investigaciones diseñadas para establecer la posible relación causa-efecto.

55. Los individuos con pirosis y regurgitaciones ácidas esporádicas, sin manifestaciones de alarma ni factores de riesgo, pueden controlar sus síntomas con antiácidos, ARH2o IBP, así como con modificaciones de dietéticas y cambios en el estilo de vida.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

Todos los fármacos antisecretores y antiácidos se consideran seguros y efectivos en el tratamiento de los síntomas leves e infrecuentes de la ERGE pero su efectividad es limitada en síntomas graves, esofagitis erosiva, complicaciones y malestares que reducen la calidad de vida165,166. Aunque los pacientes deben ser instruidos acerca de los factores dietéticos y del estilo de vida que pueden incrementar sus malestares, estas generalmente proporcionan un inadecuado control sintomático como medidas aisladas167. Es una tarea primordial del médico identificar desde la visita inicial la posible existencia de síntomas o signos de alarma o factores de riesgo que indiquen ERGE grave y sus complicaciones.

56. Aquellos pacientes con pirosis y regurgitaciones ácidas frecuentes (2 o más veces por semana), como síntomas predominantes o exclusivos, de reciente inicio, sin síntomas o signos de alarma ni factores de riesgo, pueden recibir tratamiento con IBP por 4 semanas.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

Las pirosis y regurgitaciones son los síntomas cardinales de la ERGE y es razonable establecer el diagnóstico cuando estos síntomas se presentan en forma predominante o exclusiva168. Igualmente es razonable pensar que el reflujo es la causa de los síntomas cuando se logra una buena respuesta al tratamiento con antisecretores. El inicio reciente de los síntomas así como la ausencia de datos de alarma y factores de riesgo permite discriminar a los pacientes con ERGE complicada. No existe duda respecto a que todo paciente con datos de alarma (disfagia, hemorragia, anemia, pérdida de peso involuntaria) debe ser estudiado en forma inmediata. Sin embargo, una importante proporción de los pacientes con síntomas típicos de ERGE no tiene lesiones en la endoscopia. En tales condiciones, el tratamiento empírico con IBP ha demostrado que puede ser la forma más precisa y costo-efectiva de diagnosticar la ERGE169. En los pacientes tratados en forma empírica, el beneficio obtenido con los IBP es más pronunciado comparado con los ARH2170.

57. Los pacientes con esofagitis erosiva leve (grado A-B de Los Ángeles) deben recibir tratamiento con IBP por 8 semanas y aquellos con esofagitis erosiva grave (grado C-D) deben recibir tratamiento con IBP por 12 semanas.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

Numerosos estudios han demostrado que los IBP logran el mejor control de los síntomas y la tasa más alta de cicatrización de las erosiones en la ERGE171. Su mayor efectividad se observa a mayor duración del tratamiento. La administración de IBP durante 4 semanas permite alcanzar un control suficiente de los síntomas por lo menos en la mitad de pacientes con ERGE y logra la cicatrización de las erosiones esofágicas en al menos 2 terceras partes de enfermos172–174. Cuando el tratamiento se extiende por 8 semanas el control sintomático se logra en más del 80,00% de los pacientes y la cicatrización de las lesiones en más del 90,00%175–177. Estudios enfocados en el tratamiento de esofagitis grave han demostrado que la cicatrización se logra en alrededor del 85,00% de los pacientes después de 8 semanas175,178,179 por lo que en este subgrupo el tratamiento más prologado es razonable180.

58. Los pacientes con ERNE deben recibir tratamiento con IBP por 4 a 8 semanas y aquellos que no responden a un tratamiento con IBP a dosis correctas, con horario y apego apropiados, deben ser reevaluados ante otras posibles causas de sus síntomas incluyendo pirosis funcional.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

Múltiples estudios han demostrado una menor eficacia de los IBP en el control de los síntomas de pacientes con ERNE en comparación con la observada en enfermos con esofagitis erosiva. Aún así, los IBP han demostrado ser la mejor alternativa en costo-eficacia en el tratamiento de la ERNE181,182. La recomendación más aceptada es iniciar con tratamiento a dosis estándar de IBP por un tiempo adecuado confirmando que la dosis y el consumo del medicamento sea apropiado, pues se sabe que a los pacientes con ERNE les toma más tiempo lograr control de sus síntomas183,184. Si durante este periodo no se logra alivio, es una práctica común incrementar la dosis y dividirla en 2 tomas aunque no existe evidencia suficiente que apoye esta conducta. Algunos estudios han sugerido que añadir procinéticos al tratamiento con IBP puede ser útil en aquellos pacientes con síntomas dispépticos concomitantes, principalmente de tipo dismotilidad185,186. Los pacientes tratados con procinéticos idealmente deben tener gastroparesia comprobada. Esto puede deberse a que el grupo con ERNE es heterogéneo y existen diversas causas de los síntomas diferentes al reflujo ácido que deben ser consideradas187,188.

59. Los pacientes con síndromes extraesofágicos con asociación establecida con la ERGE deben recibir tratamiento con dosis doble (dividida) de IBP por al menos 12 semanas.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 90,00%; B (acuerdo con reservas menores) 10,00%.

El tratamiento médico del reflujo presuntamente asociado a tos, laringitis, asma y erosiones dentales ha mostrado resultados inciertos e inconsistentes189–191. Su éxito se relaciona directamente con qué tan fuerte es la asociación entre el reflujo y las manifestaciones extraesofágicas192,193. La tos crónica, la laringitis y el asma son entidades multifactoriales y habitualmente el reflujo es un factor desencadenante o agravante. Debido a su baja morbilidad y accesibilidad, el tratamiento empírico con IBP se ha convertido en una parte del manejo habitual de estos padecimientos194. La recomendación actual es tratar a estos pacientes con doble dosis, dividida, de IBP por 8 a 12 semanas y considerar otras posibles causas de los síntomas en aquellos que no respondan195.

60. Se recomienda realizar endoscopia diagnóstica en pacientes en quienes se planea dar tratamiento a largo plazo.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 70,00%; B (acuerdo con reservas menores) 20,00%; C (acuerdo con reservas mayores) 5,00%; F (totalmente en desacuerdo) 5,00%.

La endoscopia proporciona información acerca de la variedad fenotípica a la que pertenece el paciente con ERGE, lo que tiene implicaciones en su manejo futuro pues se sabe que la ERGE es un padecimiento relativamente estable a lo largo del tiempo196. Un estudio realizado en más de 2.300 pacientes con ERGE, sin tratamiento médico antes de la endoscopia basal, que lo recibieron de acuerdo a la intensidad de sus síntomas y que fueron evaluados con un segundo estudio endoscópico (promedio 7 años más tarde) demostró que la mucosa esofágica permanecía sin cambios en el 67,00%, mejoraba en 21,00% y empeoraba en 11,00%197. En otro estudio más reciente, luego de recibir esomeprazol por 2-8 semanas y alcanzar la cicatrización de la lesiones (ERGE erosiva) o el control sintomático adecuado (ERNE), una cohorte de pacientes fue tratada a discreción por su médico y seguida durante 5 años198. La mayoría de los enfermos permanecieron estables o mejoraron la esofagitis, mientras que 5,90% de los pacientes con ERNE, 12,10% con esofagitis grado A/B de Los Ángeles y 19,70% con esofagitis C/D en quienes no se había detectado esófago de Barrett progresaron en sus lesiones durante el seguimiento. Así, la endoscopia puede ayudar a predecir la evolución futura en una alta proporción de los enfermos.

61. El tratamiento “continuo” se define como el consumo diario de medicamento por tiempo indefinido para prevenir o reducir la recurrencia de síntomas o erosiones.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%

Una vez logrado el control de los síntomas y la cicatrización de las lesiones, una proporción de los pacientes requerirá un tratamiento para mantener la remisión de la ERGE. El tratamiento continuo es una forma eficaz para el control de los síntomas y para prevenir la recaída de esofagitis a largo plazo199. Esta forma de tratamiento puede ser necesaria en pacientes con esofagitis erosiva grave y en aquellos cuyos síntomas son particularmente difíciles de manejar200. Se ha demostrado que una pequeña proporción de pacientes con esofagitis erosiva grave pueden presentar recaída de las lesiones en forma asintomática201. Debido a la creciente preocupación sobre el uso y el abuso de los fármacos antisecretores202, esta forma de terapia debe ser evaluada considerando los beneficios y los costos, seleccionando adecuadamente a los enfermos que se beneficirán de ella.

62. El tratamiento “intermitente” se define como el consumo diario de medicamento por periodos de tiempo establecidos (2-8 semanas) para resolver la recaída sintomática o la reaparición de erosiones.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

Numerosos estudios han demostrado que la estrategia intermitente es efectiva para lograr un control sintomático aceptable además de ayudar a disminuir los costos del tratamiento a largo plazo. Se especula que un porcentaje importante de los pacientes con ERGE pueden beneficiarse de esta estrategia, sin embargo el número exacto no se conoce203.

63. El tratamiento “a libre demanda” se define como el consumo de medicamento, iniciado por el propio paciente, por el tiempo necesario para resolver la recaída sintomática, y suspendido por él mismo al lograr el alivio deseado.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 80,00%; B (acuerdo con reservas menores) 15,00%; D (desacuerdo con reservas mayores) 5,00%.

No todos los pacientes con ERGE requieren de un tratamiento contínuo de mantenimiento a dosis completas de IBP203. Muchos sujetos con ERGE pueden abandonar el tratamiento por periodos variables de tiempo, luego de lograr control sintomático o cicatrización de las lesiones, hasta presentar una recaída. Por otro lado, una proporción sustancial de pacientes bajo tratamiento continuo con IBP carece de una indicación clara y precisa para este tipo de terapia, lo que da lugar a una reducción razonada de su tratamiento204. Aunque no ha sido claramente definido en la literatura, el tratamiento “intermitente” se refiere al uso por periodos pre-definidos del antisecretor, que se inicia tras la reaparición de los síntomas, en forma dirigida por un médico o por el propio paciente. El tratamiento “a libre demanda” siempre es dirigido por el paciente en base a sus necesidades, quien lo inicia cuando los síntomas reaparecen y lo toma hasta lograr alivio. Los sujetos con ERNE, ERGE leve o recaídas sintomaticas infrecuentes pueden tomar tratamiento en forma “intermitente” o “a libre demanda” 205,206, pero estas estrategias no son recomendables en pacientes con esofagitis grave207. Algunos expertos recomiendan emplear la terapia intermitente por periodos de 2-4 semanas en los pacientes que tienen claras recaídas y remisiones, mientras que la terapia a libre demanda es más adecuada para aquellos con síntomas irregulares. Un estudio de cohorte realizado en más de 4 mil pacientes demostró que el riesgo de desarrollar estenosis péptica es 8 veces mayor entre los pacientes con esofagitis en comparación con la población control y la mayoría de estas lesiones se desarrolla en los diez años posteriores al diagnóstico de esofagitis209.

64. Debido a la naturaleza crónica y recurrente de la enfermedad, la mayoría de los pacientes con ERGE en cualquiera de sus variedades requerirá alguna forma de tratamiento a largo plazo (intermitente, a demanda o continuo).

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 85,00%; B (acuerdo con reservas menores) 15,00%.

La ERGE es una enfermedad crónica y muchos pacientes presentan recaída cuando la terapia es suspendida, por lo que el tratamiento de mantenimiento a largo plazo ha surgido como un tópico importante. En un estudio recientemente publicado, sólo el 60,00% de los pacientes con ERGE seguidos luego de 10 años, se encontraban en remisión clínica con o sin tratamiento médico210. Es propiado considerar el tratamiento a largo plazo en todos aquellos pacientes con una buena respuesta al tratamiento con IBP, sea contínuo, intermitente o a libre demanda211. La implementación de estas formas de tratamiento implica el conocimiento de la respuesta inicial, así como una evaluación cuidadosa y apropiada del candidato. En la práctica, los pacientes reciben la dosis más baja que sea eficiente para el control de los síntomas, pero no existe información que avale esta conducta. Un estudio que evaluó la eficacia de dosis doble, dosis estándar o administración en días alternos de esomeprazol para el tratamiento a largo plazo de pacientes con ERGE, demostró que la dosis estándar es la más efectiva para reducir la exposición del esófago al ácido212.

65. En los pacientes con ERNE, el tratamiento intermitente y a libre demanda son modalidades efectivas, asociadas a mejoría en la calidad de vida y a menor costo.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95,00%; B (acuerdo con reservas menores) 5,00%.

Ambas modalidades de tratamiento a largo plazo han sido comparadas en estudios clínicos controlados contra placebo y ha demostrado reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida de los enfermos213,214. Antiácidos, alginato, ARH2 e IBP tiene utilidad demostrada en comparación con placebo cuando se administran “a libre demanda” pero los IBP son los más eficaces215. También se han realizado análisis comparativos de costo-efectividad entre ambas estrategias sin encontrar diferencia estadísticamente significativa208,216,217. A pesar de lo anterior, el tratamiento “a libre demanda” ha ido ganando las preferencias posiblemente por ser dirigido por el propio paciente y haber demostrado menor costo en algunos estudios.

66. El papel de la infección porHelicobacter pylori(H. pylori) en la ERGE es controversial. Existen datos epidemiológicos que demuestran que su erradicación puede incrementar la secreción de ácido y favorecer el desarrollo de ERGE, mientras que otros estudios indican que la infección se asocia con una menor gravedad de la ERGE y sus complicaciones.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 85,00%; B (acuerdo con reservas menores) 15,00%.

Este tema continúa sin una definición clara a pesar del tiempo que ha estado en discusión. Los argumentos a favor y en contra sobre la participación o no del H. pylori en la fisiopatogenia de la ERGE son muy diversos pero ninguna de las posturas ha logrado demostrar categóricamente esta asociación218.

67. La erradicación de la bacteria en todos aquellos pacientes que recibirán tratamiento a largo plazo con IBP es una recomendación de expertos sustentada en evidencia no concluyente. La ERGE no debe ser un factor decisivo para erradicar o no alH. pylori.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 90,00%; B (acuerdo con reservas menores) 10,00%.

La relación entre el H. pylori y la ERGE es compleja y no ha sido entendida completamente, por lo que sigue siendo controversial en muchos aspectos218. El punto central de influencia de la bacteria en la ERGE radica en cómo afecta la secreción del ácido durante la infección y tras su erradicación. La infección con cepas cagA positivas ha sido relacionado con esofagitis de menor gravedad posiblemente debido a la hipoclorhidria secundaria a pangastritis. Los datos epidemiológicos muestran una relación inversa entre la infección por esta bacteria y la gravedad de la esofagitis y complicaciones de la ERGE219, pero lo estudios de erradicación de la bacteria en pacientes con ERGE no han demostrado que los síntomas por esta enfermedad empeoren220. La erradicación del H. pylori en pacientes con úlcera péptica se ha asociado a un mayor riesgo de padecer ERGE cuando se compara con pacientes no tratados221, pero también se ha documentado que no existe asociación entre ambos hechos222,223.

Por otro lado, existe la preocupación acerca de que la inhibición prolongada del ácido gástrico en pacientes infectados con H. pylori pueda conducir al desarrollo de gastritis atrófica y cáncer. Incluso se ha sugerido erradicar la bacteria en todos aquellos pacientes que recibirán tratamiento a largo plazo con IBP con la finalidad de eliminar este riesgo. Sin embargo, no existen hasta ahora estudios de calidad que avalen esta conducta224 y se considera que la ERGE no debe ser un factor en la toma de decisiones para erradicar o no a la bacteria.

Conclusión

La constante investigación básica y clínica a nivel mundial ha proporcionado los elementos suficientes para que el conocimiento de la ERGE sea más objetivo y preciso. En los últimos años se han visto cambios en la presentación fenotípica, la aparición de subgrupos especiales de pacientes y la respuesta a los medicamentos. Los avances tecnológicos han permitido descubrir cambios incipientes a nivel celular, incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas. Los estudios recientes han demostrado que solamente un subgrupo pequeño de pacientes con manifestaciones extraesofágicas realmente tienen asociación con la presencia de reflujo gastroesofágico, sobre todo relacionado a la presencia de síntomas típicos. En el resto de los pacientes se recomienda buscar otro origen de los síntomas. Aunque existen aún muchos retos en el manejo y mejoría de la calidad de vida de los pacientes, estamos convencidos que la gastroenterología está en el camino. Este es un esfuerzo honesto y de alta calidad que la gastroenterología mexicana pone a la disposición de todos para facilitar la actualización de conocimientos y la homogeneidad en conceptos y algoritmos de diagnóstico y tratamiento en beneficio de todos los pacientes.

Declaraciones

La elaboración de este Consenso Mexicano de la ERGE contó con el patrocinio de Laboratorio Astra-Zeneca y contó con el aval de la Asociación Mexicana de Gastroenterología. Toda la organización y logística de las reuniones estuvieron a cargo de la Asociación Mexicana de Gastroenterología y se contó con el apoyo económico del laboratorio AstraZeneca, el cual no participó en la elaboración de los enunciados, procesos de votación, redación del documento ni en el proceso editorial.

Conflictos de intereses

Alejandra Noble Lugo: Ponente Takeda, AstraZeneca, Alfa Wasserman y Menarini; Ana Teresa Abreu y Abreu: Ponente Takeda, Sanofi-Aventis; Carnot y Medley; Angélica Hernández Guerrero: Ponente AstraZeneca y Glaxo-SmithKlein; Antonio Ramos de la Medina: Ponenete AstraZeneca y Takeda; Aurelio López-Colombo: Ponente de Takeda, Alfa-Wasserman y Janssen; Edgardo Suárez Morán: Ponente de Takeda y Janssen; Francisco Esquivel Ayanegui: Takeda, AstraZeneca Menarini y Glaxo-SmithKlein; Francisco Huerta Iga: Consejero de Takeda, Ponente de Takeda AstraZeneca, Menarini y Glaxo-SmithKlein; Jorge Pérez Manauta: Consejero Takeda y Ponente Menarini; José Luis Tamayo de la Cuesta: Consejero y Ponente Takeda, AstraZeneca, Alfa Wasserman, Janssen; Ponente Menarini; José María Remes Troche: Consejero Takeda, Alfa Wasserman y Janssen, Ponente en Takeda, AstraZeneca y Bristol, Investigador Sanofi-Pasteur; José Ramón Nogueira de Rojas: Ponente de AstraZeneca, Menarini, Janssen; Julio César Soto Pérez: Ponente e Invetigador Takeda; Luis F. Uscanga Domínguez: Consejero y Ponente AstraZeneca; Miguel Ángel Valdovinos Díaz: Consejero Takeda, Ponente Takeda, Given, Mayoly Spindler, Ferrer y Menarini, Investigador Takeda y Ferrer; Octavio Gómez Escudero: Ponente Takeda, AstraZeneca, Almirall y Carnot; Oscar Teramoto Matsubara: Ponente Takeda y Sanfer, Investigador Takeda; Ramón Carmona Sánchez: Consejero Takeda y Alfa-Wasserman, Ponente AstraZeneca; Raúl Bernal Reyes: Ponente AstraZeneca; Ricardo Raña Garibay: Consejero Takeda, Ponente Alfa-Wasserman y Menarini; Marina González Martínez: Ponente Janssen; Sergio Sobrino Cossío: Ponente Takeda. Los doctores Gonzalo Torres Villalobos, María Eugenia Icaza Chávez, Juan Pablo Pantoja Millán y Walter Kettenhoffen Enríquez no tienen conflictos de interés que manifestar.

Agradecimientos

Queremos expresar nuestro más profundo y sentido agradecimiento a todos los coordinadores y especialistas expertos que formaron parte de este grupo mexicano de la ERGE, en especial a la Dra. Alejandra Noble Lugo por su incansable labor en la redacción final de este artículo, así como a laboratorios Astra-Zeneca por su invaluable apoyo, sin el cual no hubiera sido posible la elaboración de este consenso.

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Participantes por mesa de trabajo: Mesa 1. Definición y manifestaciones clínicas de la ERGE en adultos: J. M. Remes-Troche, A. T. Abreu-y Abreu, L. Uscanga-Domínguez, E. Suárez-Morán, M. A. González-Martínez; Mesa 2. Epidemiología y fisiopatología de la ERGE en adulto: A. Noble-Lugo, J. R. Nogueira-de Rojas, F. Esquivel-Ayanegui, A. López-Colombo; Mesa 3. Diagnóstico de la ERGE en adultos: M. Á. Valdovinos-Díaz, R. Bernal-Reyes, W. Kettenhofen-Enríquez, M. E. Icaza-Chávez, O. Gómez-Escudero, J. C. Soto-Pérez; Mesa 4. Tratamiento médico de la ERGE en adultos: R. Carmona-Sánchez, R. Raña-Garibay, J. Pérez-Manauta, O. Teramoto-Matsubara, S. Sobrino-Cossío. A. Hernández-Guerrero, A. Ramos-de la Medina, J. L. Pantoja-Millán

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