El apoyo nutricio (AN) por vía oral/enteral y de manera temprana es la modalidad de elección para pacientes con enfermedades del tracto gastrointestinal. Dicho tipo de apoyo está basado en el grado de funcionamiento del tubo digestivo y el compromiso de la motilidad, digestión, absorción y metabolismo de los nutrimentos,1,2 que puede relacionarse con problemas mecánicos, cambios histológicos y estructurales, desequilibrio de la microbiota intestinal, resecciones quirúrgicas, intolerancias alimentarias, respuesta inmunitaria alterada, neoplasias o alteraciones de la funcionalidad de órganos anexos (páncreas, hígado, vías biliares). Además de una adecuada evaluación del estado nutricio del sujeto, el nutriólogo clínico debe decidir la fórmula más apropiada para suministrar AN al enfermo.3,4
El término "fórmulas especializadas" (FE) hace referencia a todas las formulaciones diseñadas y modificadas con un fin terapéutico, además del nutritivo, de acuerdo con la fisiopatología de base y la obtención de resultados en la terapia médico-nutri-mental.5 Su uso se ha incrementado a raíz de un mayor entendimiento del tracto gastrointestinal (GI) como componente importante del sistema inmunológico, la respuesta inflamatoria y el estrés metabólico que afecta directamente al metabolismo y produce la pérdida de masa muscular, la calidad de vida y el pronóstico de la enfermedad.6-8 Las FE pueden clasificarse en: 1) aquellas en las que se modifica la presentación de los nutrimentos para facilitar su absorción (hidrolizadas parcial o totalmente); 2) las que contienen nutrimentos con capacidad inmunomoduladora y de regulación de vías de transcripción y vías oxidativas (ácidos grasos w-3, glutamina, arginina, algunas vitaminas y minerales); 3) aquellas que contienen nutrimentos clave en la regulación del metabolismo intermedio (aminoácidos de cadena ramificada, ácidos grasos de cadena corta, nucleótidos, glutamina); y 4) las adicionadas con probióticos, prebióticos y fibras9-14 (Tabla 1).
Si bien el uso de FE representa un campo relativamente nuevo, existe un gran número de estudios que sustenta su uso y que debe considerarse previamente, junto con un entendimiento de la enfermedad de base, la posible interacción fármaconutrimento, el conocimiento de los procesos metabólicos en los cuales participa, la dosis mínima requerida para alcanzar efectividad, el tiempo del tratamiento e incluso la solvencia económica del paciente, siempre con la finalidad de proporcionar apoyo nutricio basado en evidencia científica.